Entre el alba y el ocaso se desmoronan; sin que se advierta, perecen para siempre;
Lucas 8:42 - Nueva Biblia Española (1975) porque su hija única, que tenía unos doce años, se estaba muriendo. Mientras iba de camino la gente lo asfixiaba. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía. Biblia Nueva Traducción Viviente Su única hija, que tenía unos doce años, estaba muriendo. Mientras Jesús iba con Jairo, las multitudes lo rodeaban. Biblia Católica (Latinoamericana) porque su hija única, de unos doce años, se estaba muriendo. Y Jesús se dirigió a la casa de Jairo, rodeado de un gentío que casi lo sofocaba. La Biblia Textual 3a Edicion porque tenía una hija única,° como de doce años, y se estaba muriendo. Y mientras Él iba, las multitudes lo apretujaban, Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque tenía una hija única, de unos doce años, que se estaba muriendo. Mientras iba andando, las gentes lo apretujaban. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, la multitud le apretaba. |
Entre el alba y el ocaso se desmoronan; sin que se advierta, perecen para siempre;
¿Quién sabe lo que valen en la vida del hombre esos días contados de su tenue vida que transcurren como sombra? ¿Y quién le dice al hombre lo que va a pasar después bajo el sol?
Hijo de Adán, voy a arrebatarte repentinamente el encanto de tus ojos; no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas;
Y tú, hijo de Adán, el día que yo les arrebate su baluarte, su espléndida alegría, el encanto de sus ojos, el ansia de sus almas
Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito.
Cuando se acercaba a la entrada del pueblo, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; un gentío considerable del pueblo la acompañaba.
En esto llegó un tal Jairo, jefe de sinagoga, y se echó a los pies de Jesús rogándole que fuera a su casa,
Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había malgastado toda su fortuna en médicos sin que ninguno pudiera curarla,
Jesús preguntó: ¿Quién me ha tocado? Mientras todos decían que ellos no, le replicó Pedro: Pero, Maestro, si la gente te aprieta y te oprime.
En consecuencia, igual que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó sin más a todos los hombres, dado que todos pecaban...