Lucas 3:14 - Nueva Biblia Española (1975) Unos guardias le preguntaron: Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer? El les contestó: No hagan violencia a nadie, ni saquen dinero; confórmense con su paga. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Qué debemos hacer nosotros? —preguntaron algunos soldados. Juan les contestó: —No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario. Biblia Católica (Latinoamericana) A su vez, unos soldados le preguntaron: 'Y nosotros, ¿qué debemos hacer?' Juan les contestó: 'No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo. La Biblia Textual 3a Edicion Le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué hemos de hacer? Y les dijo: A nadie atraquéis° ni extorsionéis, sino contentaos con vuestra paga. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También unos soldados le preguntaban: 'Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?'. Y les respondió: 'No hagáis extorsión a nadie ni lo denunciéis falsamente, sino contentaos con vuestra paga'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dice: No hagáis extorsión a nadie ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario. |
No harás declaraciones falsas: no te pongas de acuerdo con el culpable para testimoniar en favor de una injusticia.
Zaqueo se puso en pie y le dijo al Señor: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien le he sacado dinero se lo restituiré cuatro veces.
Cuando se marchó el ángel llamó Cornelio a dos sirvientes y a un soldado devoto, asistente suyo;
para ser irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin mancha en medio de una gente torcida y corrompida, entre la cual brillan como lumbreras del mundo,
No piensen que lo digo porque ando escaso, pues yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia:
A las ancianas lo mismo: que sean muy devotas en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino;
Oí en el cielo una aclamación: ¡Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su poderío y de su reinado, y de la potestad de su Mesías! Porque han derribado al acusador de nuestros hermanos, al que los acusaba día y noche ante nuestro Dios;