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Juan 17:2 - Nueva Biblia Española (1975)

Ya que has puesto en su mano a la humanidad entera, que dé vida definitiva a todo lo que le has entregado.

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Biblia Reina Valera 1960

como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tú le diste poder sobre todos los mortales y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

así como le diste potestad sobre toda carne, para que a todos los que le diste, a ésos les dé vida eterna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera vida eterna a todos los que tú le has dado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

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Juan 17:2
31 Tagairtí Cros  

-oráculo del Señor- a mi Señor: 'Siéntate a mi derecha, que voy a hacer de tus enemigos un estrado de tus pies'.


Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.


Mi padre me lo ha enseñado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.


Estos irán al castigo definitivo y los justos a la vida definitiva.


Se acercó Jesús y les habló así: Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra.


Padre, quiero que también ellos, los que me has entregado, estén conmigo donde estoy yo, para que contemplen mi gloria, la que tú me has dado, porque me amaste antes que existiera el mundo.


He manifestado tu persona a los hombres que me entregaste sacándolos del mundo; tuyos eran, a mí me los entregaste y vienen cumpliendo tu mensaje.


Yo te ruego por ellos; no te ruego por el mundo, sino por los que me has entregado, porque son tuyos, y todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío, y en ellos dejo manifiesta mi gloria.


El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano;


en cambio, el que haya bebido el agua que yo voy a darle, nunca más tendrá sed; no, el agua que yo voy a darle se le convertirá dentro en un manantial, con agua que salta dando vida definitiva.


Trabajen, no por el pan que se acaba, sino por el alimento que dura dando vida definitiva, el que les va a dar este Hombre; pues a éste el Padre, Dios, lo ha marcado con su sello.


Todo lo que el padre me entrega llega hasta mí, y al que se acerca a mí no lo echo fuera,


Y éste es el designio del que me mandó: que de todo lo que me ha entregado no pierda nada, sino que lo resucite el último día.


Porque el pecado paga con muerte, mientras Dios regala vida eterna por medio del Mesías Jesús, Señor nuestro.


Porque su reinado tiene que durar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies;


Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo,


de modo que a ese título de Jesús toda rodilla se doble -en el cielo, en la tierra, en el abismo-


pero, precisamente por eso, Dios tuvo misericordia de mí, para que el Mesías Jesús mostrara en mí el primero hasta dónde llega su paciencia, proponiendo un ejemplo típico a los que en el futuro creyeran en él para obtener vida eterna.


Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por un Hijo, al que nombró heredero de todo, lo mismo que por él había creado los mundos y las edades.


a quien sometieron ángeles, autoridades y poderes, llegó al cielo y está a la derecha de Dios.


porque la vida se manifestó, nosotros la vimos, damos testimonio y les anunciamos la vida eterna, que estaba de cara al Padre y se manifestó a nosotros-


ésa es precisamente la promesa que él nos hizo, la vida eterna.


Sabemos que ha venido el Hijo de Dios y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero, y estamos con el verdadero, gracias a su Hijo, Jesús el Mesías. Ese es el verdadero Dios y vida eterna.


y manténganse así en el amor de Dios, aguardando a que la misericordia de nuestro Señor, Jesús el Mesías, les dé vida eterna.