Ellos traían el ganado a José, y éste les daba pan a cambio de caballos, de ovejas, de vacas, de burros; durante un año los estuvo alimentando a cambio de todo su ganado.
Éxodo 9:3 - Nueva Biblia Española (1975) la mano del Señor se hará sentir en el ganado del campo, caballos, burros, camellos, vacas y ovejas con una peste maligna. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 he aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima. Biblia Nueva Traducción Viviente la mano del Señor herirá a todos tus animales —caballos, burros, camellos, ganado, ovejas y cabras— con una plaga mortal. Biblia Católica (Latinoamericana) volveré mi mano contra los animales de tus campos, de manera que habrá una mortandad tremenda de los caballos, de los burros, de los camellos, de las vacas y ovejas. La Biblia Textual 3a Edicion he aquí la mano de YHVH estará con una peste gravísima sobre tus ganados que están en el campo, sobre los caballos, los asnos, los camellos, la vacada y el ganado lanar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) he aquí la mano de Jehová será sobre tu ganado que está en el campo, sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacadas y sobre las ovejas: habrá una pestilencia gravísima: |
Ellos traían el ganado a José, y éste les daba pan a cambio de caballos, de ovejas, de vacas, de burros; durante un año los estuvo alimentando a cambio de todo su ganado.
Replicaron ellos: El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro: tenemos qué hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios; de lo contrario, nos herirá con peste o espada.
El Faraón no los escuchará, pero yo extenderé mi mano contra Egipto y sacaré de Egipto a mis escuadrones, mi pueblo, los israelitas, haciendo solemne justicia.
Entonces los magos dijeron al Faraón: Es el dedo de Dios. Pero el Faraón se empeñó en no hacerles caso, como lo había anunciado el Señor.
Les envié la peste egipcia, maté a espada a sus jóvenes con lo mejor de su caballería, hice subir a sus narices el hedor de su campamento; pero no se convirtieron a mí -oráculo del Señor- .
Pues ahora mismo va a descargar sobre ti la mano del Señor, te quedarás ciego y no verás la luz del sol hasta su momento. Al instante lo envolvieron densas tinieblas, y buscaba a tientas alguien que lo llevara de la mano.
Obsérvenlo bien: si tira hacia su territorio y sube a Casalsol, es que ese Dios nos ha causado esta terrible calamidad; en caso contrario, sabremos que no nos ha herido su mano, sino que ha sido un accidente.