Al día siguiente, mirando a Jesús que venía hacia él, dijo: Mirad el cordero de Dios, el que va a quitar el pecado del mundo.
Apocalipsis 6:1 - Nueva Biblia Española (1975) En la visión, cuando el Cordero soltó el primero de los siete sellos, oí al primero de los vivientes que decía con voz de trueno: 'Ven'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras miraba, el Cordero rompió el primero de los siete sellos que había en el rollo. Entonces oí que uno de los cuatro seres vivientes decía con voz de trueno: «¡Ven!». Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras estaba mirando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, y oí al primero de los cuatro Seres Vivientes que gritaba como con voz de trueno: 'Ven. La Biblia Textual 3a Edicion Y vi cuando el Cordero abrió uno de los siete° sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de trueno: ¡Sal! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vi cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos y oí al primero de los cuatro seres vivientes que decía como con voz de trueno: 'Ven'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes, como con voz de trueno, diciendo: Ven y mira. |
Al día siguiente, mirando a Jesús que venía hacia él, dijo: Mirad el cordero de Dios, el que va a quitar el pecado del mundo.
Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza; se produjeron relámpagos, estampidos, truenos, un terremoto y temporal de granizo.
Le rendirán homenaje todos los habitantes de la tierra, excepto aquellos cuyos nombres están escritos desde que empezó el mundo en el registro de los vivos que tiene el Cordero degollado.
Oí también un fragor que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano y al estampido de un trueno fuerte: era el son de citaristas que tocaban sus cítaras delante del trono,
Y oí algo que recordaba el rumor de una gran multitud, el estruendo del océano y el retumbar de fuertes truenos; decían: Aleluya. ¡Ha empezado a reinar el Señor nuestro Dios, soberano de todo!
Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, estaban tachonados de destellos por un lado y por otro. Día y noche cantan sin pausa: ¡Santo, santo, santo es el Señor, soberano de todo, el que era y es y ha de venir!
En la mano derecha del que está sentado en el trono vi un rollo escrito por las dos caras y sellado con siete sellos.
y aclamaban: ¡El Cordero que está degollado merece todo poderío y riqueza, saber y fuerza, honor, gloria y alabanza!
Cuando él recibió el rollo, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenía cada uno una cítara y copas de oro, que son las oraciones de los consagrados, llenos de aromas;
Cuando soltó el segundo sello, oí al segundo viviente que decía: 'Ven'.
Cuando soltó el tercer sello, oí al tercer viviente que decía: 'Ven'. En la visión apareció un caballo negro; su jinete llevaba en la mano una balanza.
Cuando soltó el cuarto sello, oí la voz del cuarto viviente, que decía: 'Ven'.
Cuando soltó el séptimo sello se hizo silencio en el cielo por cosa de media hora.