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Apocalipsis 21:2 - Nueva Biblia Española (1975)

Y vi bajar del cielo, de junto a Dios, a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, ataviada como una novia que se adorna para su esposo.

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Biblia Reina Valera 1960

Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde la presencia de Dios, como una novia hermosamente vestida para su esposo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y° vi que descendía del cielo, de Dios,° la ciudad° santa: Una nueva Jerusalem, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, preparada como esposa ataviada para su esposo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y yo Juan vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía de Dios, del cielo, dispuesta como una novia ataviada para su marido.

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Apocalipsis 21:2
28 Tagairtí Cros  

¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!


¡Cómo se ha vuelto una ramera la Villa Fiel! Antes llena de derecho, morada de justicia; ahora de criminales.


¡Despierta, despierta, vístete de tu fuerza, Sión; vístete el traje de gala, Jerusalén, santa ciudad!, porque no volverán a entrar en ti incircuncisos ni impuros.


Pues el que te hizo te toma por esposa: su nombre es Señor de los ejércitos. Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.


Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona o novia que se adorna con sus joyas.


Ya no te llamarán 'la Abandonada' ni a tu tierra 'la Devastada', a ti te llamarán 'Mi Preferida' y a tu tierra 'La Desposada'; porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido.


Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Cuando yo cambie su suerte, se volverá a decir en Judá y en sus poblados: 'El Señor los bendiga, dehesa legítima, monte santo'.


El que se lleva a la novia es el novio, y el amigo del novio, que está presente y lo oye, siente gran alegría por la voz del novio. Por eso, esta alegría que tengo ha llegado a su colmo.


Es que tengo celos de ustedes, los celos de Dios, pues quise desposarlos con un solo marido, presentándolos al Mesías como una virgen intacta,


Esperaba la ciudad con cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.


suspiraban, por tanto, por una patria mejor, es decir, por la celeste. Y como Dios les había preparado una ciudad, no tiene reparo en que lo llamen su Dios.


En cambio se han acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celeste; a los millares de ángeles en fiesta;


qué aquí no tenemos ciudad permanente, andamos en busca de la futura.


Revelación de Jesús Mesías, Lo que Dios le encargó mostrar a sus siervos sobre lo que tiene que suceder en breve y él comunicó enviando su ángel a su siervo Juan.


Juan, a las siete iglesias de la provincia de Asia, Gracia y paz a ustedes de parte del que es y era y ha de venir, de parte de los siete espíritus que están ante su trono,


Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto la lucha, el linaje real y la constancia cristiana, me encontraba en la isla de Patmos por proclamar el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesús.


Prescinde del patio exterior que está fuera del santuario, no lo midas, pues se ha permitido a las naciones pisotear la ciudad santa cuarenta y dos meses;


En visión profética me transportó a lo alto de una montaña grande y alta y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios,


Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas últimas y me habló así: 'Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero'.


Dicen el Espíritu y la esposa: '¡Ven!'. Diga el que escucha: '¡Ven!. Quien tenga sed, que se acerque; el que quiera, tome gratuitamente agua viva.


Y si alguno suprime algo de las palabras proféticas escritas en este libro, Dios lo privará de su parte en el árbol de la vida y en la ciudad santa descritos en este libro.


Al que salga vencedor lo haré columna del santuario de mi Dios y ya no saldrá nunca de él; grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que baja del cielo de junto a mi Dios y mi nombre nuevo.