Isaías 54 - Nueva Biblia Española (1975)1 Canta de gozo, la estéril que no dabas a luz, rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores; porque la abandonada tendrá más hijos que la casada -dice el Señor-. 2 Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas; 3 porque te extenderás a derecha e izquierda, tu estirpe heredará naciones y poblará ciudades desiertas. 4 No temas, no tendrás que avergonzarte, no te sonrojes, no te afrentarán; olvidarás el bochorno de tu soltería, ya no recordarás la afrenta de tu viudez. 5 Pues el que te hizo te toma por esposa: su nombre es Señor de los ejércitos. Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra. 6 Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada dice tu Dios-. 7 Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. 8 En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con lealtad eterna te quiero -dice el Señor, tu redentor-. 9 Me sucede como en tiempo de Noé: juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no airarme contra ti ni reprocharte. 10 Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no te retiraré mi lealtad ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor, que te quiere-. 11 ¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada! Mira, yo mismo te coloco piedras de azabache, te cimiento con zafiros, 12 te pongo almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas. 13 Tus hijos serán discípulos del Señor', tendrán gran paz tus hijos. 14 Tendrás firme asiento en la justicia; quedará lejos la opresión, y no tendrás que temer, y el terror, que no se te acercará. 15 Si alguno te asedia, no es de parte mía; si lucha contigo, caerá frente a ti. 16 Yo he creado al herrero que aviva las brasas y saca una herramienta, y yo he creado al devastador funesto: 17 ningún arma forjada contra ti dará resultado; y a la lengua que te acuse enjuicio le probarás que es culpable. Esta es la herencia de los siervos del Señor, yo soy su vindicador -oráculo del Señor- . |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.