Me acerqué a él y lo rematé, porque vi que, una vez caído, no viviría. Luego le quité la diadema de la cabeza y el brazalete del brazo y se los traigo aquí a mi señor.
2 Samuel 1:9 - Nueva Biblia Española (1975) Entonces me dice: 'Échate encima y remátame, que estoy en la agonía y no acabo de morir'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Él me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces me suplicó: “Ven aquí y sácame de mi sufrimiento, porque el dolor es terrible y quiero morir”. Biblia Católica (Latinoamericana) Me dijo: Acércate y dame muerte, todavía me quedan fuerzas pero siento que me voy a desmayar. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces me dijo: Ponte junto a mí y mátame ya, porque la agonía° se ha apoderado de mí, aunque mi vida está todavía en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Díjome entonces: 'Acércate a mí y mátame. Se ha apoderado de mí un espasmo de muerte, pero todavía estoy lleno de vida'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él me volvió a decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia, y mi vida aún está toda en mí. |
Me acerqué a él y lo rematé, porque vi que, una vez caído, no viviría. Luego le quité la diadema de la cabeza y el brazalete del brazo y se los traigo aquí a mi señor.
Saúl dijo a su escudero: Saca la espada y atraviésame, no vayan a llegar esos incircuncisos y abusen de mí. Pero el escudero no quiso, porque le entró pánico. Entonces Saúl tomó la espada y se dejó caer sobre ella.
En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán, ansiarán morir y la muerte huirá de ellos.
Abimelec llamó en seguida a su escudero y le dijo: Saca la espada y remátame, que no se diga 'lo mató una mujer'. Su escudero lo atravesó, y murió.
Saúl dijo a su escudero: Saca la espada y atraviésame, no vayan a llegar esos incircuncisos y abusen de mí. Pero el escudero no quiso, porque le entró pánico. Entonces Saúl tomó la espada y se dejó caer sobre ella.