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Jeremías 4:31 - Biblia Version Moderna (1929)

31 Porque he oído una voz como de mujer que está de parto; congojas como de la que da a luz su hijo primogénito: es la voz de la hija de Sión, que está agonizando; que extiende sus manos, diciendo: ¡Ay de mí; porque desmaya mi alma a causa de los homicidas!

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Biblia Reina Valera 1960

31 Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Oigo gritos, como los de una mujer que está de parto, los gemidos de una mujer dando a luz a su primer hijo. Es la bella Jerusalén, que respira con dificultad y grita: «¡Socorro! ¡Me están matando!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Oigo gritos como los de una mujer que da a luz por primera vez; la hija de Sión está gimiendo y extiende sus manos: '¡Ay de mí, que voy a sucumbir bajo los golpes de los asesinos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Oigo gritos como de parturienta, Sollozos como de primeriza: Es el grito angustiado de la hija de Sión que está agonizando,° Que extiende sus brazos, y dice: ¡Ay de mí! ¡Mi alma desmaya a causa de los asesinos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Oigo un grito como de parturienta, angustia como de primeriza: es la voz de la hija de Sión que se ahoga, que extiende sus manos: '¡Ay de mí, pues desfallece mi vida ante los asesinos!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

31 Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sión que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.

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Jeremías 4:31
35 Σταυροειδείς Αναφορές  

Dijo pues Rebeca a Isaac: Fastidiada de la vida estoy con motivo de las hijas de Het: si Jacob toma mujer de las hijas de Het, tales como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿de qué me servirá ya la vida?


¡ABURRIDA de mi vida está mi alma! Daré rienda suelta a mis quejas; hablaré en la amargura de mi alma.


¡Ay de mí, porque peregrino en Mesec, porque habito entre las tiendas de Cedar!


Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé de vosotros mi rostro; y cuando hagáis muchas oraciones, no oiré: ¡vuestras manos están llenas de sangre!


Y se desmayarán los Babilonios; angustias y dolores se apoderarán de ellos; se acongojarán como mujer que está de parto. Se mirarán asombrados los unos a los otros; sus caras serán caras de llamas.


Por esto mis lomos están llenos de dolor; angustias se han apoderado de mí, como angustias de la que da a luz. Padezco dolores, de modo que no puedo oír; estoy confundido, de modo que no puedo ver.


Como la preñada, cuando se acerca al parto, se retuerce y clama en sus dolores; así hemos sido nosotros en tu presencia, oh Jehová.


Ya ha mucho que he estado quieto, diciendo: ¡Guardaré silencio, me refrenaré! mas ahora, clamaré como mujer que da a luz; destruiré y devoraré de una vez.


Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.


¡Ay de mí, a causa de mi quebranto! ¡mi herida es incurable! Entonces, yo dije: ¡Ésta ciertamente es mi aflicción, y debo soportarla!


¿Qué dirás cuando él ponga sobre ti, por cabeza tuya, a los que tú mismo has enseñado a ser tus íntimos amigos? ¿No se apoderarán de ti dolores, como de mujer que da a luz?


Si salgo al campo, ¡he aquí los muertos a cuchillo! y si entro en la ciudad, ¡he aquí los enfermos a causa del hambre! pues ya tanto el profeta como el sacerdote andan en torno de la tierra, sin saber a dónde van.


¿Por qué es perpetuo mi dolor; y mi herida desahuciada rehusa ser curada? ¿Serás del todo para conmigo como un torrente falaz, como aguas que engañan la esperanza?


¡Por tanto abandona sus hijos al hambre, y a ellos mismos entrégalos al poder de la espada; y sus mujeres también queden sin hijos, y viudas; y mueran sus maridos de peste, y caigan a cuchillo sus mancebos en batalla!


¡Oh habitadora del Líbano, que haces tu nido entre los cedros, cuán lastimosa serás cuando te acometan angustias, dolores, como a mujer que da a luz!


Preguntad, si queréis, y ved si el varón da a luz hijos: ¿por qué causa pues veo a todo hombre con las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto? ¿y por qué se han vuelto pálidos todos los rostros?


Así dice Jehová, el Dios de Israel, a ti, oh Baruc:


Las ciudades están conquistadas, y las fortalezas tomadas por asalto; y será el corazón de los hombres esforzados de Moab en aquel día como el corazón de una mujer en sus angustias.


He aquí que el enemigo subirá  volando como águila, y extenderá sus alas contra Bozra; y será el corazón de los héroes de  Edom en aquel día como el corazón de una mujer en sus angustias.


Damasco ha venido a ser endeble; ¡vuelve su rostro para huir! mas temblor se apodera de ella, angustia y dolores se asen de ella, como de mujer que está de parto.


El rey de Babilonia oye la fama de ellos, y se le debilitan las manos; la angustia se apodera de él, dolores como de mujer que da a luz.


A un pasturaje, y pasturaje lozano, he comparado la hija de Sión.


PI.- Extiende Sión las manos, mas no hay quien la consuele: ha ordenado Jehová respecto de Jacob que los que le rodean sean sus adversarios: Jerusalem ha venido a ser a sus ojos como cosa asquerosa.


RESH.- ¡Mira, oh Jehová; porque me veo en estrecho! hierven mis entrañas; se ha volcado el corazón dentro de mí, por cuanto me he rebelado atrozmente: ¡por fuera la espada hace estragos, y por dentro es como la muerte!


SHIN.- Muchachos y ancianos están tendidos por tierra en las calles; mis doncellas y mis mancebos han caído a espada: los has muerto en el día de tu ira; has degollado, sin tener piedad.


Dolores, como de la que da a luz, vendrán sobre él; es un hijo no sabio; porque ya ha tiempo que no debiera detenerse al punto mismo de nacer.


¡Retuércete y sufre angustias, oh hija de Sión, como mujer que está de parto! porque ahora saldrás de la ciudad y habitarás en el campo, e irás hasta Babilonia; allí serás libertada; allí te redimirá Jehová de mano de tus enemigos.


Mas ahora, ¿por qué clamas en alta voz? ¿No hay acaso rey en ti? ¿ha perecido tu consejero, para que se apoderen de ti dolores, como de mujer que da a luz?


¡AY de mí, dice Sión, porque estoy como cuando se han recogido las frutas de verano, como cuando se ha rebuscado la vendimia; no hay ya racimo que comer; desea mi alma los higos tempranos!


Decid a la hija de Sión:  He aquí que tu rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo del asna.


Pues aunque predico el evangelio, nada tengo de qué gloriarme; porque necesidad me está impuesta; pues ¡ay de mí! si no predicare el evangelio.


Cuando los hombres estén diciendo: ¡Paz y seguridad! entonces mismo vendrá sobre ellos repentina destrucción, como dolores de parto sobre la que está encinta; y no podrán escaparse.


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