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Éxodo 8:15 - Biblia Version Moderna (1929)

15 Mas cuando Faraón vió que había respiro, hizo obstinado su corazón, y no les escuchó; como lo había dicho Jehová.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Pero cuando el faraón vio que había alivio, se puso terco y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor había dicho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Entonces los brujos dijeron a Faraón: 'Aquí está el dedo de Dios. Pero Faraón se puso más porfiado y no quiso hacerles caso, tal como Yavé lo había dicho anteriormente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Pero cuando Faraón vio que había un alivio, endureció su corazón, y no los escuchó, tal como YHVH había hablado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aquí'. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo había predicho Yahveh, no los escuchó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón, y no los escuchó, como Jehová había dicho.

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Éxodo 8:15
24 Σταυροειδείς Αναφορές  

En efecto fué dado aviso al rey de Egipto que había huido el pueblo; y mudóse el corazón de Faraón y de sus siervos acerca del pueblo, de modo que decían: ¿Qué despropósito es éste que hemos hecho dejando ir a Israel, para que dejase de servirnos?


Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hubieres vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas estas maravillas que he puesto en tu mano: yo empero endureceré su corazón, y él no dejará ir al pueblo.


porque no os escuchará Faraón, y pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con juicios grandes.


Y las juntaron en montones; y apestó la tierra.


¶Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y hiere el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por toda la tierra de Egipto.


A lo que dijo Faraón: Yo os enviaré, y ofreceréis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto; con tal de que no vayáis muy lejos: rogad por mí.


Entonces dijo Moisés: he aquí que voy a salir de tu presencia, y suplicaré a Jehová, y el tábano se alejará de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo, mañana; mas no vuelva Faraón a obrar con engaño, no dejando ir al pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.


Faraón empero hizo obstinado su corazón esta vez también, y no dejó ir al pueblo.


Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: Suplicad a Jehová que aparte las ranas de mí y de mi pueblo; y yo enviaré el pueblo para que, ofrezca sacrificio a Jehová.


Como el perro se vuelve a su vómito, así el insensato repite sus necedades.


AQUEL que, siendo muchas veces reprendido, endurece la cerviz, será de repente quebrantado, y eso sin remedio.


Por cuanto no se ejecuta sentencia contra la obra mala muy en breve, por eso el corazón de los hijos de los hombres dentro de ellos está plenamente resuelto a hacer el mal.


Pues aun cuando se mostrare favor al inicuo, no aprenderá justicia; en la tierra de justicia seguirá haciendo injusticias, y no mirará la majestad de Jehová.


¿Qué te haré, oh Efraim? ¿qué te haré a ti, oh Judá? ¡porque tu bondad es como la nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que luego desaparece!


en tanto que se dice: Hoy, si oyereis su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.


no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación, en el día de la tentación, en el desierto;


Y ardieron los hombres con grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, el cual tiene el poder sobre estas plagas; y no se arrepintieron para darle gloria.


Las vacas entonces tomando la vía recta por el camino de Bet-semes, seguían un mismo camino, andando y mugiendo; mas sin apartarse a diestra ni a siniestra: y los príncipes de los Filisteos siguieron tras ellas hasta el confín de Bet-semes.


A lo que ellos respondieron: Si enviareis el Arca del Dios de Israel, no la enviéis sin nada más; sino que ciertamente debéis pagarle a ese Dios una ofrenda por la culpa; entonces sanaréis, y se os manifestará por qué causa no se ha apartado su mano de vosotros.


¿Por qué pues queréis endurecer vuestro corazón, como los Egipcios y Faraón endurecieron su corazón? ¿No fué así que cuando Él hubo hecho maravillas en ellos, soltaron al pueblo, de manera que se fueron?


Y estaréis a la mira: si, por el camino de su propio territorio, subiere a Bet-semes, entonces él nos ha hecho este gran mal; mas sino, sabremos que no es su mano la que nos ha herido; es un acaso que nos ha sucedido.


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