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2 Reyes 10:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 Entonces Jehú hirió a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, inclusos todos sus grandes, y sus amigos familiares, y sus ministros principales, hasta no dejarle ninguno que escapase.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

11 Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Después Jehú mató a los demás parientes de Acab que vivían en Jezreel, a todos sus funcionarios importantes, a sus amigos personales y a sus sacerdotes. Así que a Acab no le quedó ningún descendiente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Jehú dio muerte a todos los que aún estaban vivos de la casa de Ajab en Yizreel: a sus consejeros, sirvientes, sacerdotes; no dejó a nadie con vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y Jehú dio muerte a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus grandes, a sus amigos, y a sus sacerdotes, hasta no dejarles remanente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Así que Jehú hizo matar a todos los que quedaban de la casa de Ajab en Yizreel: a todos sus magnates, a sus familiares y a sus sacerdotes, sin dejar ni un solo superviviente.

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2 Reyes 10:11
25 Σταυροειδείς Αναφορές  

por tanto, he aquí que voy a traer el mal sobre la casa de Jeroboam; y destruiré de la casa de Jeroboam hasta los perros, tanto lo precioso como lo vil en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam, como se barre el estiércol, hasta no dejar nada.


Y sucedió que cuando llegó a reinar, hirió a todos los de la casa de Jeroboam; no dejó a Jeroboam ninguno que respirase, hasta destruirle, conforme a la palabra que habló Jehová por conducto de su siervo Ahías silonita:


Y aconteció al reinar él, que luego que se sentó sobre el trono, hirió a toda la casa de Baasa; no le dejó ni siquiera un muchachito, ni tampoco parientes cercanos, ni amigos.


Ahora bien, envía y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo; también a los profetas de Baal, cuatrocientos cincuenta, y a los profetas de la Ashera, cuatrocientos; los cuales comen a la mesa de Jezabel.


Y díjoles Elías: Prended a los profetas de Baal; no se escape ni uno de ellos. Y ellos los prendieron: y bajándolos Elías al torrente de Cisón, los degolló allí.


Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías; por la provocación con que me has provocado a ira, y has hecho pecar a Israel.


¿Has visto cómo se humilla Acab delante de mí? por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré este mal en sus días: en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.


Juntó pues el rey de Israel a los profetas de Baal, como cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Subiré a la guerra contra Ramot-galaad, o desistiré? A lo que dijeron ellos: Sube; que la entregará el Señor en mano del rey.


¶En seguida se levantó y partió, yendo a Samaria. Mas estando en el camino, junto a una casa de esquileo de pastores,


Sacrificó también a todos los sacerdotes de los altos que halló allí, sobre sus mismos altares; y quemó sobre ellos huesos humanos; y volvióse a Jerusalem.


Y herirás la casa de Acab tu señor, para que yo vengue la derramada sangre de mis siervos los profetas, y la derramada sangre de todos los siervos de Jehová, a mano de Jezabel.


Y pondré la casa de Acab como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías.


Y por disposición de Dios era la destrucción de Ocozías, por haber él ido a ver a Joram; pues cuando hubo venido, salió con Joram contra Jehú hijo de Namsi, a quien Jehová había ungido para exterminar la casa de Acab.


Y aconteció mientras Jehú ejecutaba juicio contra la casa de Acab, que se encontró con los príncipes de Judá y los hijos de los hermanos de Ocozías, que asistían a Ocozías; y los mató.


No le quedará hijo o nieto entre su pueblo, ni reliquias en el lugar de su peregrinación.


¡Sea cortada su posteridad, y en la segunda generación sea raído su nombre!


Empero a los que se apartan en sus caminos torcidos, Jehová los sacará afuera con los obradores de maldad. ¡Sea la paz sobre Israel!


El que anda con los sabios será sabio; mas el compañero de los insensatos será destruido.


Y Jehová le dijo: Llámale Jezreel; porque de aquí a muy poco yo vengaré en la casa de Jehú, la sangre de Jezreel, y acabaré con la casa de Israel.


Y Jehová la entregó a ella también y a su rey en mano de Israel; el cual la hirió a filo de espada, con todas las almas que había en ella; no dejó en ella quien escapase; e hizo con su rey como lo había hecho con el rey de Jericó.


Y Jehová los entregó en manos de Israel, de manera que los hirieron y los persiguieron hasta la gran Sidón, y hasta Misrefot-mayim, y hasta el Valle de Mizpa, hacia el oriente; hiriéndolos hasta no dejar de ellos quien escapase.


Y fué tomada la bestia, y con ella el falso profeta que había hecho prodigios en su presencia, con los cuales él había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y los que adoraban su imagen. Éstos dos fueron echados vivos en el lago de fuego que arde con azufre.


Y el diablo que los había extraviado fué arrojado en el lago de fuego y azufre, endonde están también la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


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