Porque alzando los ojos miró, y he aquí que tres varones estaban en pie cerca de él; y cuando los vió, corrió a recibirlos, desde la puerta de su tienda, e inclinóse a tierra,
Lucas 24:4 - Biblia Version Moderna (1929) Y aconteció que mientras estaban sumamente perplejas a causa de esto, he aquí que dos varones se pusieron junto a ellas, con vestiduras resplandecientes; Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras estaban allí perplejas, de pronto aparecieron dos hombres vestidos con vestiduras resplandecientes. Biblia Católica (Latinoamericana) No sabían qué pensar, pero en ese momento vieron a su lado a dos hombres con ropas fulgurantes. La Biblia Textual 3a Edicion Y quedaron sumamente desconcertadas por esto; pero he aquí, dos varones con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras ellas estaban desconcertadas por esto, se les presentaron de pronto dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que estando ellas perplejas de esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; |
Porque alzando los ojos miró, y he aquí que tres varones estaban en pie cerca de él; y cuando los vió, corrió a recibirlos, desde la puerta de su tienda, e inclinóse a tierra,
Y entrando dentro del sepulcro, vieron a un mancebo sentado al lado derecho, vestido de una ropa larga blanca; y se asustaron.
Y un ángel del Señor brilló en derredor de ellos; y temieron con gran temor.
y estando ellas espantadas, y teniendo inclinados los rostros a tierra les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
Y estando ellos mirando fijamente al cielo, mientras que él se alejaba, he aquí que dos varones con vestiduras blancas se habían puesto junto a ellos;
Y, he aquí, un ángel del Señor se puso junto a él, y una luz resplandeció en la celda: y tocando a Pedro en el lado, le despertó, diciendo: Levántate presto. Y al punto cayeron las cadenas de sus manos.
Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.