Así dice Ciro rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová, el Dios del cielo; y me ha encargado que le edifique Casa en Jerusalem, que está en Judá. Quienquiera pues que haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, para que suba allá.
Visión dura me ha sido mostrada: El pérfido sigue obrando pérfidamente y el asolador sigue asolando. ¡Sube, Elam! ¡pon el sitio, oh Media! hice cesar todos los gemidos de los oprimidos de ella.
Por tanto la calamidad vendrá sobre ti; tú no conocerás alba que le siga; y caerá sobre ti quebrantamiento que tú no podrás remediar; vendrá sobre ti ruina repentina, cuando menos lo esperas.
Y traeré sobre aquella nación todas mis palabras que he pronunciado contra ella, es decir, todas las escritas en este libro, que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones.
Ahora pues, oh rey, establece el entredicho y firma la escritura, para que no se pueda mudar, conforme a la ley de los Medos y Persas, que no puede abrogarse.