¡Bienaventurado el hombre que me escucha, velando diariamente a mis umbrales, aguardando a los postes de mis puertas!
Apocalipsis 1:3 - Biblia Version Moderna (1929) Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas que en ella están escritas; porque el tiempo está cerca. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Biblia Nueva Traducción Viviente Dios bendice al que lee a la iglesia las palabras de esta profecía y bendice a todos los que escuchan el mensaje y obedecen lo que dice, porque el tiempo está cerca. Biblia Católica (Latinoamericana) Feliz el que lea en público estas palabras proféticas y felices quienes las escuchan y hacen caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca. La Biblia Textual 3a Edicion Bienaventurado° el que lee y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dichoso el que lee y los que escuchan las palabras de esta profecía y observan lo escrito en ella, pues el tiempo está cerca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. |
¡Bienaventurado el hombre que me escucha, velando diariamente a mis umbrales, aguardando a los postes de mis puertas!
Y dijo Jeremías a Seraya: Cuando hubieres llegado a Babilonia, mira que leas en alta voz todas estas palabras;
¶Por tanto, cuando viereis aquella abominación asoladora, de que habló Daniel el profeta, estar en el Lugar Santo (el que lee, entienda),
Mas él dijo: Antes, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Y hagamos esto, conociendo el tiempo, que es ya hora que despertemos del sueño; porque ahora la salvación está más cercana que cuando por primera vez creímos.
La noche está muy avanzada, y el día se acerca; desechemos pues las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
¶Pero el fin de todas las cosas se acerca; sed pues sobrios, y vigilantes en las oraciones:
¶Mas no olvidéis vosotros, amados míos, esta cosa en particular, y es que un día para con el Señor es como mil años, y mil años como un día.
¶Y díjome: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca.
He aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra.
¶El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente yo vengo presto. Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
Yo vengo presto: retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona.