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Lucas 8:42 - Biblia Nacar-Colunga

42 porque tenía una hija única, de unos doce años, que estaba a punto de morir. Mientras iba, las muchedumbres le ahogaban.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

42 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

42 Su única hija, que tenía unos doce años, estaba muriendo. Mientras Jesús iba con Jairo, las multitudes lo rodeaban.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

42 porque su hija única, de unos doce años, se estaba muriendo. Y Jesús se dirigió a la casa de Jairo, rodeado de un gentío que casi lo sofocaba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

42 porque tenía una hija única,° como de doce años, y se estaba muriendo. Y mientras Él iba, las multitudes lo apretujaban,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

42 porque tenía una hija única, de unos doce años, que se estaba muriendo. Mientras iba andando, las gentes lo apretujaban.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

42 porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, la multitud le apretaba.

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Lucas 8:42
15 Cross References  

de la mañana a la tarde son pulverizados, desaparecen para siempre por falta de salvador4.


y quién sabe lo que es mejor para él en los días de la vida de su vanidad, que pasa como sombra? ¿Quién dará a saber al hombre lo que después de él sucederá debajo del sol?


Hijo de hombre, voy a quitarte de repente la delicia de tus ojos, pero no te lamentes ni llores, no derrames una lágrima.


Y tú, hijo de hombre, el día que yo les arrebatare a ellos su fortaleza, el orgullo de su gloria, la delicia de sus ojos, el anhelo de sus almas” sus hijos y sus hijas


Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración, y alzarán sus ojos a mí. Y aquel a quien traspasaron le llorarán como se llora al unigénito, y se lamentarán por él como se lamenta por el primogénito.


Se fue con él, y le seguía una muchedumbre, que le apretaba.


Cuando se acercaban a las puertas de la ciudad, vieron que llevaban un muerto, hijo único de su madre, viuda, y una muchedumbre bastante numerosa de la ciudad la acompañaba.


Llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y, cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba que entrase en su casa,


Una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que en médicos había gastado toda su hacienda, sin lograr ser de ninguno curada,


Jesús dijo: ¿Quién me ha tocado? Como todos negaban, dijo Pedro y los que le acompañaban: Maestro, las muchedumbres te rodean y te oprimen.


Así, pues, como por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.


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