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Jueces 4:9 - Biblia Nacar-Colunga

9 Ella le contestó: “Iré, sí, iré contigo; porque ya no será gloria tuya la expedición que vas a emprender, porque a manos de una mujer entregará Yahvé a Sisara.” Levantóse Débora y se fue con Barac a Cades.'

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Biblia Reina Valera 1960

9 Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 —Muy bien —dijo ella—, iré contigo. Pero tú no recibirás honra en esta misión, porque la victoria del Señor sobre Sísara quedará en manos de una mujer. Así que Débora fue con Barac a Cedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Ella le dijo: 'Muy bien, iré contigo, pero estás empezando mal, y la gloria de esta expedición no será para ti; Yavé pondrá a Sísera en manos de una mujer'. Se levantó pues Débora y Barac partió con ella rumbo a Cadés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y ella dijo: Ciertamente iré contigo, pero no será tuya la gloria de la jornada que vas a emprender, porque YHVH entregará a Sísara en mano de una mujer. Y Débora se levantó y fue con Barac a Cedes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Respondió ella: 'Bien, iré contigo; pero no será tuya la gloria de la expedición que vas a emprender, porque Yahveh entregará a Sísara en manos de una mujer'. Débora se levantó y se fue con Barac a Cades.

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Jueces 4:9
9 Cross References  

que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: “Tú, Ozías, no tienes derecho a ofrecer perfumes a Yahvé. Esto pertenece a los sacerdotes, hijos de Aarón, que han sido consagrados para ello. Sal del santuario, porque estás prevaricando, y no te será esto de honor ante Yahvé, Dios.”


Encendióse en cólera Yahvé contra Israel y los entregó en manos de salteadores, que los asaltaban y los vendían a los enemigos del contorno, y llegaron a no poder ya resistir a sus enemigos.


Díjole Barac: “Si vienes tú conmigo, voy; si no vienes tú, no voy. Porque yo no sé en qué día el ángel de Yahvé me dará el éxito.”


y entonces una mujer le lanzó contra la cabeza un pedazo de rueda de molino y le rompió el cráneo.


Llamó él en seguida a su escudero, y le dijo: “Saca tu espada y mátame, para que no pueda decirse que me mató una mujer.” El joven le traspasó, y murió Abimelec.


Por eso he aquí lo que dice Yahvé, Dios de Israel: Yo había dicho y repetido a tu casa y a la casa de tu padre que ministraríais ante mí por siempre; pero ahora dice Yahvé: Lejos de mí eso, porque yo honro a los que me honran y desprecio a los que me desprecian.'


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