Biblia Todo Logo
Online nga Bibliya
- Mga paanunsiyo -





Jeremías 3:25 - Biblia Nacar-Colunga

25 ¡Yacemos en nuestro oprobio y nos cubre nuestra vergüenza! Porque hemos pecado contra Yahvé, nuestro Dios, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud y hasta el día de hoy, y hemos desoído la palabra de Yahvé, nuestro Dios.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre; porque pecamos contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día, y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro Dios.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Echémonos al suelo llenos de vergüenza y cubiertos de deshonra, porque tanto nosotros como nuestros antepasados hemos pecado contra el Señor nuestro Dios. Desde la niñez hasta el día de hoy nunca lo hemos obedecido».

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

25 ¡Acostémonos en nuestra vergüenza y que nos cubra nuestra propia confusión! Porque nuestros padres, y nosotros desde nuestra juventud, hemos pecado contra Yavé, nuestro Dios, y no hemos escuchado su voz.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

25 Acostémonos, pues, en nuestra vergüenza, Y aceptemos que nuestra afrenta nos cubra; Porque nosotros y nuestros padres Hemos pecado contra YHVH nuestro Dios, Y desde nuestra juventud, y hasta este día, No hemos obedecido la voz de YHVH nuestro Dios.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Acostémonos sobre nuestra vergüenza, y nuestra ignominia nos cubra; pues contra Yahveh, nuestro Dios, hemos pecado, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos escuchado la voz de Yahveh, nuestro Dios.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




Jeremías 3:25
38 Cross References  

Hemos pecado como nuestros padres; hemos sido malos y perversos.'


Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas, no recordaron tus muchos favores y se rebelaron contra el Altísimo en el mar Rojo.


Se vestirán de ignominia los que me acusan y se cubrirán de vergüenza como con un manto.


Miseria y vergüenza para el que desdeña la corrección, más el que la guarda será honrado.


No escuché la voz de los que me educaban y no di oídos a los que me enseñaban.


No lo habías oído ni lo conocías, ni desde antiguo se había abierto tu oído6. Porque sabía que eres pérfido, y tu nombre es rebelde desde el seno materno.


He aquí que todos vosotros encendéis fuego, encendéis saetas8; caminad a la luz de vuestro fuego y entre las saetas que habéis encendido. Por mi mano os sucederá esto, en tormento yaceréis.'


Porque cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá, y cuantas son las calles de Jerusalén, tantos fueron los altares alzados a la “ignominia,” altares para quemar incienso a Baal.


Sembraron trigo y han recogido cardos, se fatigaron trabajando sin provecho, quedaron confusos de su cosecha por la cólera encendida de Yahvé.


Reconocemos, ¡oh Yahvé! nuestra maldad y la de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti.


Aunque nuestras maldades clamen contra nosotros, obra, Yahvé, por la gloria de tu nombre. Porque muchas son nuestras rebeldías. Hemos pecado contra ti.


¿Todo esto no lo ha traído sobre ti el haberte apartado de Yahvé, tu Dios?


Sírvante de castigo tus perversidades, y de escarmiento tus apostasías. Reconoce y advierte cuan malo y amargo es apartarte de Yahvé, tu Dios, y no poseer mi temor, oráculo del Señor, Yahvé de los ejércitos.


Anda y clama a los oídos de Jerusalén: Así habla Yahvé: Me acuerdo en favor tuyo del afecto de tu adolescencia, del amor de tus desposorios, de tu seguirme en el desierto, tierra donde no se siembra,


Corno queda confundido el ladrón al ser sorprendido, así será confundida la casa de Israel. Ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas,


¿Por qué salí del seno materno para no ver sino trabajo y dolor y acabar mis días en la afrenta ?


Te hablé en tiempo de tu prosperidad, y tú dijiste: No escucharé. Este ha sido tu proceder desde tu mocedad: no escuchaste mi voz.


Reconoce, pues, tu maldad, pues contra Yahvé, tu Dios, has pecado, dispersando tus caminos hacia los extraños, bajo todo árbol frondoso, y desoyendo mi voz, oráculo de Yahvé.


Porque después de mi defección me he arrepentido; luego que entré en mí, heríme el muslo. Estoy confuso y avergonzado, pues llevo sobre mí el oprobio de mi mocedad.'


Vístete de saco, hija de mi pueblo; revuélcate en la ceniza. Llora como se llora por el primogénito, llora amargamente, porque de repente vendrá sobre nosotros el invasor.'


Pero ¿me ofenden a mí, oráculo de Yahvé? ¿No es más bien a ellos, para su vergüenza?


¿Por qué nos estamos sentados? Reunios, vayamos a las ciudades amuralladas y perezcamos allí, pues Yahvé, nuestro Dios, nos va a aniquilar, nos ha dado a beber agua de adormideras por haber pecado contra EL


(19) porque de Sión se oyen voces y lamentos. Cómo hemos sido destruidos y avergonzados sobremanera! Porque nos echan de la tierra, nos arrojan de nuestras moradas.


Cayó de nuestra cabeza la corona. ¡Ay de nosotros, que hemos pecado!


Pecaron nuestros padres, y ya no existen; mas nosotros cargamos con sus iniquidades*'


Me dijo: Hijo de hombre, yo te mando a los hijos de Israel, al pueblo rebelde, que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres pecaron contra mí hasta el día de hoy.'


No lo hago por vosotros, dice el Señor, Yahvé; sabedlo, confundios y avergonzaos de vuestras obras, ¡oh casa de Israel!'


que no se acercarán a mí para servirme en las funciones sacerdotales y para tocar mis cosas santas ni las santísimas, sino que llevarán sobre sí la vergüenza y la pena de las abominaciones que cometieron.


Cíñense de saco y cúbrense de terror; en todos los rostros se ve la confusión, y todas las cabezas están rapadas.'


Las muchedumbres de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la eterna vida, otros para eterna vergüenza y confusión.


Como uvas en el desierto hallé yo a Israel, como brevas en la higuera en su principio contemplé a vuestros padres, los cuales, llegados a Baal-Peor, se consagraron a la infamia y se hicieron abominables como lo que amaron.


Aterraré a los hombres, que andarán como ciegos; por haber pecado contra Yahvé, su sangre será derramada como se derrama el polvo, y tirados sus cadáveres como estiércol.'


¿Y qué frutos obtuvisteis entonces? Aquellos de que ahora os avergonzáis, porque su fin es la muerte.


si vosotros no pactáis con los habitantes de esta tierra; habéis de destruir sus altares. Pero vosotros no me habéis obedecido; ¿por qué habéis obrado así?'


Sunda kami:

Mga paanunsiyo


Mga paanunsiyo