Biblia Todo Logo
Online nga Bibliya
- Mga paanunsiyo -





Jeremías 2:20 - Biblia Nacar-Colunga

20 Porque desde antiguo quebrantaste tu yugo, rompiste tus coyundas y dijiste: No serviré; pues sobre todo collado alto y bajo todo árbol frondoso te acostaste y prostituíste.'

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »Hace tiempo rompí el yugo que te oprimía y arranqué las cadenas de tu esclavitud, pero aun así dijiste: “No te serviré”. Sobre cada colina y debajo de todo árbol frondoso te has prostituido inclinándote ante ídolos.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Hace tiempo que has quebrado el yugo, soltándote de sus lazos. Tú dijiste: 'Yo no quiero servir. Y sobre cualquier loma, bajo cualquier árbol frondoso, te tendías como una prostituta.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

20 Desde antiguo has quebrado el yugo y roto tus ataduras, Diciendo: ¡No quiero servir! Y sobre todo collado alto, y debajo todo árbol frondoso° te postras° y te prostituyes.°

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Desde antiguo quebraste tu yugo, tus coyundas has roto, diciendo: 'No quiero servir', cuando sobre toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso te echabas como prostituta.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Porque desde tiempos antiguos he quebrado tu yugo, y he roto tus ataduras; y dijiste: No transgrediré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te prostituías.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




Jeremías 2:20
50 Cross References  

Instituyó Jeroboam una solemnidad en el mes octavo, el quince del mes, conforme a las de Judá, y sacrificó sobre el altar. Así puso también en Betel sacerdotes en los altos que había construido, para que sacrificasen a los becerros que había hecho;'


Edificáronse altos, con cipos y aseras sobre todas las alturas y bajo todo árbol frondoso.


Y los sacó de las tinieblas y de las sombras de muerte, rompiendo sus cadenas.


¡Rompamos sus coyundas, arrojemos de nosotros sus ataduras!


Le irritaron con sus altos y le provocaron con sus esculturas.


El pueblo todo entero respondió: “Nosotros haremos todo cuanto ha dicho Yahvé.” Moisés fue a transmitir a Yahvé las palabras del pueblo,


Vino, pues, Moisés y transmitió al pueblo todas las palabras de Yahvé y sus leyes, y el pueblo a una voz respondió: “Todo cuanto ha dicho Yahvé lo cumpliremos.”


He bajado para librarle de las manos de los egipcios y subirle de esa tierra a una tierra fértil y espaciosa, una tierra que mana leche y miel, la tierra que habitan cananeos, jéteos, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos.


¿Cómo te has prostituido, Sión, ciudad fiel, llena de justicia? Antes moraba en ella la equidad, y ahora los asesinos.


y en ese día quitará su peso de sobre tus espaldas, y su yugo de sobre tu cuello.


destruiré al asirio en mi tierra, y le hollaré en mis montes, y les quitaré de encima su yugo, y arrojarán su carga de sobre sus espaldas.


Rompiste el yugo que pesaba sobre ellos, el dogal que oprimía su cuello, la vara del exactor como en el día de Madián,


tus adulterios y tus gritos de lujuria, tus execrables fornicaciones. Sobre los collados del campo he visto tus torpezas. ¡Ay de ti, Jerusalén, que no te limpias! ¿Hasta cuándo aún?


cuando se acuerdan sus hijos, de sus altares, sus “aseras” junto a los árboles verdes y las elevadas colinas,


Oíd los de esta generación la palabra de Yahvé: ¿Por ventura soy yo para Israel un desierto o una tierra tenebrosa ? ¿Por qué dice mi pueblo: Somos libres, no iremos más en pos de ti?


Reconoce, pues, tu maldad, pues contra Yahvé, tu Dios, has pecado, dispersando tus caminos hacia los extraños, bajo todo árbol frondoso, y desoyendo mi voz, oráculo de Yahvé.


Y sucederá que en ese día — oráculo de Yahvé de los ejércitos — quebraré el yugo de sobre su cuello y romperé sus coyundas,


Voy a dirigirme a los grandes, y les hablaré, porque éstos conocerán los caminos de Yahvé, el derecho de su Dios, pero todos a una han quebrado el yugo, han roto las coyundas.


No harta todavía, te prostituíste también a los hijos de Asiría, fornicaste con ellos, sin hartarte todavía.


haciéndote prostíbulos en todas las encrucijadas y lupanares en todas las plazas? Y ni siquiera eres comparable a las rameras que reciben el precio de su prostitución.


y pegarán fuego a tus casas, y harán en ti justicia a ojos de muchas mujeres, y haré que ceses de fornicar, y no harás ya más regalos.


Yo los conduje a la tierra que, alzando mi mano, había jurado darles, y ellos, mirando a todo alto collado y a todo árbol frondoso, sacrificaron allí sus víctimas y presentaron sus irritantes ofrendas, y pusieron suaves aromas, y derramaron sus libaciones.


Oholá me fue infiel y se enloqueció por sus amantes, sus vecinos los asirios.


Comienzo del hablar de Yahvé en Oseas: Dijo Yahvé a Oseas: Ve y toma por mujer a una prostituta y engendra hijos de prostitución, pues que se prostituye la tierra apartándose de Yahvé.


(7) Su madre se prostituyó; la que los concibió se deshonró y dijo: Me iré tras de mis amantes, que ellos me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. 6 (8) Por eso voy yo a cercar sus caminos con zarzas y a alzar un muro para que no pueda ya hallar sus sendas.'


Díjele: Has de estarte reservada para mí mucho tiempo, no te prostituyas, no te entregues a hombre alguno; también yo me reservaré para ti,'


Ofrecen sacrificios en las cimas de los montes, y en los collados queman incienso bajo la encina, bajo los álamos, bajo los terebintos de grata sombra, Por eso se prostituyen vuestras hijas y adulteran vuestras nueras,


No te goces, Israel; no te regocijes corno las gentes, porque has fornicado fuera de tu Dios. Fuiste en busca del salario sobre toda era de trigo.'


Yo, Yahvé, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis esclavos en ella, rompí las coyundas de vuestro yugo y hago que podáis andar erguida la cabeza.


Y ahora voy a quebrantar su yugo de sobre ti, yo voy a romper tus cadenas.


Destruiréis enteramente todos los lugares donde las gentes que vais a desposeer han dado culto a sus dioses sobre los altos montes, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso;'


Acuérdate de que esclavo fuiste en la tierra de Egipto y de que Yahvé, tu Dios, te libertó; por eso te doy yo este mandato.'


Hoy has hecho que Yahvé te diga que él será tu Dios; y has prometido seguir sus caminos, guardar sus leyes, sus mandamientos y sus preceptos, y obedecer a su voz.'


Pero a vosotros os tomó Yahvé y os sacó del horno de hierro de Egipto para que fuerais el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.


Jamás probó un dios a venir a tomar por sí un pueblo de en medio de pueblos a fuerza de pruebas, de señales y prodigios, de luchas a mano fuerte y brazo extendido, de tremendas hazañas, como las que hizo por vosotros en Egipto Yahvé, vuestro Dios, viéndolas tú con tus mismos ojos.


Acércate tú y oye lo que te diga Yahvé, nuestro Dios, y transmítenos a nosotros cuanto Yahvé, nuestro Dios, te diga, y nosotros le escucharemos y lo haremos.”


Ellos respondieron a Josué, diciendo: “Cuanto nos mandas lo haremos, y adondequiera que nos envíes iremos.


Y el pueblo dijo a Josué: “Serviremos a Yahvé, nuestro Dios, y obedeceremos su voz.”


y escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios, y, tomando una gran piedra, la alzó allí debajo de la encina que hay en el lugar consagrado a Yahvé.


Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, y me dijo: Ven, te mostraré el juicio de la gran Ramera que está sentada sobre las grandes aguas,


Volvieron los hijos de Israel a hacer mal a los ojos de Yahvé, y sirvieron a los baales y astartés, a los dioses de Sidón, a los de Moab, a los de los hijos de Amón, a los de los filisteos, y se apartaron de Yahvé, no sirviéndole más.


Los hijos de Israel hicieron el mal a los ojos de Yahvé y sirvieron a los baales.


Apartándose de Yahvé, sirvieron a Baal y Astarté.


Clamaron a Yahvé diciendo: “Hemos pecado, porque hemos abandonado a Yahvé y herrros servido a los baales y a las astartés. Líbranos ahora y nosotros te serviremos.”


Sunda kami:

Mga paanunsiyo


Mga paanunsiyo