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Génesis 9:6 - Biblia Nacar-Colunga

6 El que derramare la sangre humana, por mano de hombre será derramada la suya; porque el hombre ha sido hecho a imagen de Dios.'

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

6 El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Si alguien quita una vida humana, la vida de esa persona también será quitada por manos humanas. Pues Dios hizo a los seres humanos a su propia imagen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Quien derrame sangre del hombre, su sangre será también derramada por el hombre, porque Dios creó al hombre a imagen suya.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 El que derrame sangre de hombre,° por los hombres su sangre será derramada, porque a imagen de ’Elohim hizo ’El° al hombre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 El que derramare la sangre del hombre, por el hombre será derramada la suya; porque a imagen de Dios hizo Dios al hombre.

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Génesis 9:6
32 Cross References  

Ahora me arrojas de esta tierra; oculto a tu rostro habré de andar fugitivo y errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará,”


Rubén les dijo: “¿No os advertí yo, diciéndoos: No pequéis contra el joven, y no me escuchasteis? Ved cómo ahora se nos demanda su sangre.”


Este es el libro de la descendencia de Adán. Cuando creó Dios al hombre, le hizo a imagen de Dios”


¿cuánto más ahora, que unos malvados han quitado la vida a un hombre inocente, en su casa, en su lecho, no habré de demandar su sangre de vuestras manos, exterminándoos de sobre la tierra?”


Pero tú no le dejes impune, pues, como sabio que eres, sabes cómo has de tratarle, y harás que con sangre bajen sus canas al sepulcro.”


Atalía, madre de Ocozías, viendo que había muerto su hijo, levantóse y exterminó a toda la descendencia real.


Pues el sacerdote había dicho: “Que no la maten en la casa de Yahvé.” Pusieron sobre ella las manos, y cuando llegó al palacio real, por la puerta de los caballos, allí la mataron.


y todo el pueblo estaba lleno de alegría, y la ciudad se quedó tranquila. Atalía había sido muerta en el palacio real.


Conspiraron contra él sus servidores, y le mataron en su casa.


Lávame enteramente de mi iniquidad y limpíame de mi pecado.


El hombre que derrama sangre corre al sepulcro sin que nadie le socorra.


tiempo de herir y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar;'


sin haberla llevado a la entrada del tabernáculo de la reunión para presentarlo en ofrenda a Yahvé ante el santuario, le será imputada la sangre; ha derramado sangre, y será borrado de en medio de su pueblo.'


Quien hiera a otro mortalmente, morirá.


Si le hirió con instrumentos de hierro y se sigue la muerte, es homicida, y el matador será muerto;'


La asamblea librará al homicida del vengador de la sangre, le volverá a la ciudad de asilo donde se refugió, y allí morará hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo sagrado.


No dejéis que se contamine la tierra en que habitéis; porque la sangre contamina la tierra, y no puede la tierra purificarse de la sangre en ella vertida sino con la sangre de quien la derramó.'


Jesús entonces le dijo: Vuelve tu espada a su vaina, pues quien toma la espada, a espada morirá.


porque es ministro de Dios para el bien. Pero si haces el mal, teme, que no en vano lleva la espada. Es ministro de Dios, vengador para castigo del que obra el mal.


El varón no debe cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios; mas la mujer es gloria del varón,'


Pero si uno que odiara a su prójimo le acechare, se echare sobre él y le hiriere mortalmente, y huyera a una de esas ciudades,


Con ella bendecimos al Señor y Padre nuestro, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a imagen de Dios.


Si alguno está destinado a la cautividad, a la cautividad irá; si alguno mata por la espada, por la espada morirá. En esto está la paciencia y la fe de los santos.'


Así hizo caer Dios sobre la cabeza de Abimelec el mal que había hecho a su padre, asesinando a sus setenta hermanos;'


Samuel repuso: “Así como a tantas madres privó tu espada de hijos, así será entre las mujeres tu madre privada de su hijo.” Y destrozó a Agag ante Yahvé, en Gálgala.


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