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Daniel 2:34 - Biblia Nacar-Colunga

34 Tú estuviste mirando, hasta que una piedra desprendida, no lanzada por mano, hirió a la estatua en los pies de hierro y de barro, destrozándola.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Mientras usted observaba, una roca de una montaña fue cortada, pero no por manos humanas. La roca golpeó los pies de hierro y barro, y los hizo pedazos.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Tú estabas mirándola cuando se desprendió una roca sin que nadie la moviera; pegó a la estatua a la altura de los pies de hierro y de arcilla y los rompió.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

34 Estabas mirando, hasta que fue cortada una piedra (no con mano humana), y golpeó a la imagen en sus pies de hierro y barro cocido y los desmenuzó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Estabas mirando y, de pronto, se desprendió una piedra de la montaña sin intervención de mano alguna, chocó contra los pies de la estatua, que eran de hierro y de arcilla, y los pulverizó.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, la cual hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

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Daniel 2:34
25 Cross References  

La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta por cabecera angular.


Por eso dice el Señor Yahvé: He aquí que he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, piedra angular, de precio, sólidamente asentada; el que en ella se apoye no titubeará.'


porque las naciones y reinos que no te sirvan a ti perecerán y las gentes serán totalmente exterminadas.


Aprended, pueblos, que seréis quebrantados6; apresta del oído todos vosotros, los de lejanas tierras. Armaos, que vais a ser quebrantados; apercibios, que seréis quebrantados.'


También tú serás quebrantado entre los incircuncisos y yacerás con los muertos a la espada.


Midió otros mil, y era ya un río, que me era imposible atravesar, porque las aguas habían crecido y tenían que pasarse a nado; era un torrente que no podía atravesar.'


sus piernas, de hierro, y sus pies, parte de hierro y parte de barro.


dándole el reino, el dominio y la majestad de todos los reinos de debajo del cielo al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino será eterno, y le servirán y obedecerán todos los señoríos.


Por sus prosperidades y por el éxito de sus intrigas, se llenará de arrogancia su corazón, y hará perecer a muchos que vivían apaciblemente, y se levantará contra el príncipe de los príncipes, pero será destruido sin que intervenga mano alguna.


Aquel ¿lía pondré a Jerusalén como piedra pesada para todos los pueblos, y cuantos con ella carguen se harán cortaduras, y se reunirán contra ella todas las gentes de la tierra.


Entonces él me habló, diciendo: He aquí la palabra de Yahvé a Zorobabel. Dice: No con ejército, no con fuerza, sino por mi espíritu, dice Yahvé de los ejércitos.


Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.


que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la voluntad de varón, sino de Dios son nacidos.


El es la piedra rechazada por vosotros los constructores, que ha venido a ser piedra angular.


Pues sabemos que si la tienda de nuestra mansión terrena se deshace, tenemos de Dios una sólida casa, no hecha por mano de hombres, eterna en los cielos.


que no entró Cristo en un santuario hecho por mano de hombres, figura del verdadero, sino en el mismo cielo, para comparecer ahora en la presencia de Dios a favor nuestro·


Para vosotros, pues, los creyentes, es honor, mas para los incrédulos esa piedra desechada por los constructores y convertida en cabeza de esquina,


El séptimo ángel tocó la trompeta, y oyéronse en el cielo grandes voces, que decían: Ya llegó el reino de nuestro Dios y de su Cristo sobre el mundo y remará por los siglos de los siglos.


Pelearán con el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de señores y Rey de reyes, y también los que están con El, llamados, y escogidos, y fieles.


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