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Cantares 3:6 - Biblia Nacar-Colunga

6 ¿Qué es aquello que sube del desierto corno columna de humo, como un vapor de mirra e incienso y de todos los perfumes exquisitos?

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

6 ¿Quién es esta que sube del desierto como columna de humo, Sahumada de mirra y de incienso Y de todo polvo aromático?

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¿Quién es ese que viene majestuosamente desde el desierto como una nube de humo? ¿Quién es el que viene perfumado con mirra e incienso y todo tipo de especias?

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¿Quién es este que sube del desierto? Parece ser una columna de humo perfumado de mirra y de incienso y de todos los aromas.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Coro ¿Qué es lo que sube del desierto Como columnas de humo, Perfumado con mirra e incienso, Y con todos los aromas del mercader?

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 ¿Qué es aquello que sube del desierto, cual columna de humo, perfumado de mirra y de incienso, del aroma mejor del mercader?

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




Cantares 3:6
26 Cross References  

Yahvé dijo a Moisés: “Toma aromas, estacte, uña aromática, gálbano e incienso purísimo. Aromas e incienso entrarán por cantidades iguales,


he perfumado mi cama con mirra, áloe y cinamomo.


Es mi amado para mí bolsita de mirra, que descansa entre mis pechos.


Son tus amores más deliciosos que el vino; son tus ungüentos agradables al olfato. Es tu nombre un perfume que se difunde; por eso te aman las doncellas.'


Ved: la litera de Salomón; sesenta valientes le dan escolta de entre los héroes de Israel.'


Antes de que refresque el día y huyan las sombras, iréme al monte de la mirra, ' al collado del incienso.


Sus mejillas son jardín de balsameras, teso de plantas aromáticas; sus labios son dos lirios que destilan exquisita mirra.'


Me levanté para abrir a mi amado* Mis manos destilaron mirra, y mis dedos mirra exquisita, en el pestillo de la cerradura.


Coro. ¿Quién es esta que sube del desierto apoyada sobre su amado? Esposo. Yo te desperté debajo del manzano, allí donde te concibió tu madre, donde te concibió la que te engendró.


pues he aquí que voy hacer una obra nueva, que ya está germinando; ¿no la conocéis? Ciertamente voy a poner un camino en el desierto, y ríos en la estepa,'


Anda y clama a los oídos de Jerusalén: Así habla Yahvé: Me acuerdo en favor tuyo del afecto de tu adolescencia, del amor de tus desposorios, de tu seguirme en el desierto, tierra donde no se siembra,


Así dice Yahvé: Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; se fue a su reposo Israel.'


Como uvas en el desierto hallé yo a Israel, como brevas en la higuera en su principio contemplé a vuestros padres, los cuales, llegados a Baal-Peor, se consagraron a la infamia y se hicieron abominables como lo que amaron.


y, entrados en la casa, vieron al niño con María, su madre, y de hinojos le adoraron, y, abriendo sus cofres le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.


Acuérdate de todo el camino que Yahvé, tu Dios, te ha hecho andar todos estos cuarenta años por el desierto para castigarte y probarte, para conocer los sentimientos de tu corazón y saber si guardas o no sus mandamientos.


Tengo ya de todo, vivo en abundancia y estoy al colmo después que recibí de Epafrodito lo que de vosotros me trajo, olor de suavidad, hostia acepta a Dios.


Pero friéronle dadas a la mujer dos alas de águila grande, para que volase al desierto, a su lugar, donde es alimentada por un tiempo y dos tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la serpiente.


La Mujer huyó al desierto, en donde tenía un lugar preparado por Dios para que allí la alimentasen durante mil doscientos sesenta días.


cinamomo y aromas, mirra e incienso, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias de carga, ovejas, caballos y coches, esclavos y almas de hombres.


Y cuando lo hubo tomado, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Cordero, teniendo cada uno su cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.


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