Yo soy ’Elohim, Sí, antes que hubiera día, Yo Soy, y no hay nadie que pueda librar de mi mano. Lo que Yo hago, ¿quién lo podrá deshacer?
Isaías 47:15 - La Biblia Textual 3a Edicion Así han sido para ti aquellos por los cuales te afanaste; Aquellos con quienes has traficado desde tu juventud; Andarán errantes, cada uno por su lado, Y no habrá quien te pueda salvar. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no habrá quien te salve. Biblia Nueva Traducción Viviente Y todos tus amigos, con los que has hecho negocios desde la niñez, cada uno seguirá su propio camino, haciendo oídos sordos a tus gritos. Biblia Católica (Latinoamericana) En esto vendrán a parar tus magos,
por los cuales tanto te has preocupado desde tu juventud;
se irán corriendo uno tras otro y no podrán salvarte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así son para ti tus traficantes, por quienes te fatigaste desde tu juventud; cada uno yerra por su lado, no hay quien te salve. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así te serán aquellos con quienes has trabajado, los que han negociado contigo desde tu juventud; cada uno se irá por su camino, no habrá quien te salve. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Esos adivinos, que has consultado toda tu vida, andan perdidos, cada uno por su lado. ¡Así que nadie podrá salvarte!» |
Yo soy ’Elohim, Sí, antes que hubiera día, Yo Soy, y no hay nadie que pueda librar de mi mano. Lo que Yo hago, ¿quién lo podrá deshacer?
Se lo cargan a hombros, lo transportan; Donde lo ponen, allí se queda, No se mueve de su sitio; Por mucho que le clamen, no responde, Ni los libra de la tribulación.
Estás perdida en la multitud de tus consejos; ¡Levántense ahora los que reparten los cielos, Y los que contemplan las estrellas, y los pronosticadores° Y que te salven de lo que te sobrevendrá!
Su rugido es de león, ruge como los leoncillos, Gruñe, atrapa la presa, y la retiene, Y nadie se la arrebata.
Perros voraces que no conocen la hartura, ¡Y ellos mismos son los pastores! Y no saben discernir: Siguen en pos de su propio camino, Cada uno tras su propio provecho.