¿Por qué te abates, alma mía? ¿Por qué te turbas contra mí? Espera en Dios, que aún le alabaré. ¡El es la salvación de mi rostro y mi Dios!
Juan 14:1 - Biblia Nacar-Colunga No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.' Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente »No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. Biblia Católica (Latinoamericana) No se turben; crean en Dios y crean también en mí. La Biblia Textual 3a Edicion No se turbe vuestro corazón; creed° en Dios, creed también en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Que no se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, pues creed también en mí. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. |
¿Por qué te abates, alma mía? ¿Por qué te turbas contra mí? Espera en Dios, que aún le alabaré. ¡El es la salvación de mi rostro y mi Dios!
¿Se ha olvidado Dios de hacer clemencia? ¿Cerró airado su misericordia?” Selah.
Viéndola Jesús llorar, y que lloraban también los judíos que venían con ella, se conmovió hondamente y se turbó,
Ahora mi alma se siente turbada. ¿Y qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? ¡Mas para esto he venido Yo a esta hora!
Jesús, clamando, dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado:
Desde ahora os lo digo, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo soy.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, para que sea cumplido vuestro gozo.'
Antes, porque os hablé estas cosas, vuestro corazón se llenó de tristeza.
Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre, que le envió.
Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en El tenga la vida eterna, y yo le resucitaré en el último día.
pues casi habríamos de perdonarle y consolarle, para que no se vea consumido por excesiva tristeza.
Por lo cual, yo también, conocedor de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestra caridad para con todos los santos,
que no os turbéis de ligero, perdiendo el buen sentido, y no os alarméis, ni por espíritu, ni por discurso, ni por epístola atribuida a nosotros, como si el día del Señor estuviese inminente.
los que por El creéis en Dios, que le resucitó de entre los muertos y le dio la gloria de manera que en Dios tengamos nuestra fe y nuestra esperanza.