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1 Samuel 2:2 - Biblia Nacar-Colunga

No hay santo como Yahvé, no hay fuerte como nuestro Dios.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Nadie es santo como el Señor! Aparte de ti, no hay nadie; no hay Roca como nuestro Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No hay otro Santo que Yavé, nadie hay fuera de ti ni otra roca fuera de nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Nadie hay sagrado como YHVH, Porque no hay nadie como Tú, Ni hay Roca como el Dios nuestro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No hay santo como Yahveh, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No hay santo como Jehová: Porque no hay ninguno fuera de ti; y no hay Roca como nuestro Dios.

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1 Samuel 2:2
37 Cross References  

Mi escudo, el cuerno de mi salvación, mi inaccesible asilo, mi salvador de la violencia.


¿Qué Dios hay fuera de Yahvé? ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?


¡Qué grande eres, mi Señor, Yahvé! No hay nadie que se te asemeje ni hay Dios fuera de ti, como lo hemos oído con nuestros oídos.


dijo: “Yahvé, Dios de Israel: No hay Dios semejante a ti ni en lo alto de los cielos ni abajo sobre la tierra. Tú guardas la alianza y la misericordia con tus siervos, los que de todo corazón andan en tu presencia.


Pe Envió la redención a su pueblo, Sade ratificó eternamente su alianza. Qof Su nombre es santo y terrible.


Dijo, pues: Yo te amo, Yahvé, fortaleza mía.


Irreprochable es el camino de Dios, acrisolada es la palabra de Yahvé.


y tu justicia, ¡oh Dios! tan excelsa, porque tú haces grandes cosas. ¿Quién, ¡oh Dios! como tú?


Sé para mí roca de refugio donde pueda ampararme. Tú has resuelto mi salvación, porque eres mi baluarte y mi fortaleza.


¿A quién tengo yo en los cielos? Fuera de ti, en nada me complazco sobre la tierra.


No hay, Señor, en los dioses semejante a ti, y nada hay que iguale tus obras.


Los cielos cantan tus maravillas, ¡oh Yahvé I, y tu fideli-dad en la asamblea de los santos.


Terrible es Dios en el consejo de los santos, grande y formidable sobre todos los que le rodean.


Que alaben tu nombre, grande y temible: es el Santo.


Ensalzad a Yahvé, nuestro Dios, y postraos ante el escabel de sus pies: ¡es el Santo!


Ensalzad a Yahvé, nuestro Dios, y postraos ante su monte santo, porque Santo es Yahvé, nuestro Dios.


¿Quién como tú, ¡oh Yahvé!, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, obrador de prodigios?


¿A quién, pues, compararéis a Dios y a qué imagen haréis que se le asemeje?


Así habla Yahvé, el rey de Israel, su redentor, Yahvé de los ejércitos: Yo soy el primero y el último y no hay otro Dios fuera de mí.


No os atemoricéis, no temáis. ¿No lo anuncié yo antes ya, y lo predije tomándoos por testigos? ¿Acaso hay Dios fuera de mí? No hay Roca, yo no la conozco.


porque así dice el Altísimo, cuya morada es eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en un lugar elevado y santo, pero también con el contrito y humillado, para hacer revivir el espíritu de los humillados y reanimar los corazones contritos.


y con las otras dos volaban, y los unos y los otros se gritaban y se respondían: Santo, Santo, Santo, Yahvé de los ejércitos! Está la tierra llena de su gloria.


No hay semejante a ti, oh Yahvé! tú eres grande, y grande y poderoso es tu nombre.


Porque yo soy Yahvé, vuestro Dios, vosotros os santificaréis y seréis santos, porque yo soy santo, y no os mancharéis con ninguno de los reptiles que reptan sobre la tierra.


Pues yo soy Yahvé, que os ha sacado de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Santos seréis vosotros, porque santo soy yo.


“Habla a toda la asamblea de los hijos de Israel y diles:


Pues todo cuanto está escrito, para nuestra enseñanza fue escrito, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las Escrituras estemos firmes en la esperanza.


Venturoso el varón a quien no toma a cuenta el Señor su pecado.”


“¡Señor, Yahvé! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu potente brazo; pues ¿qué Dios hay, ni en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer las obras que tú haces y tan poderosas hazañas?'


Dijo: “Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál será su fin, porque es una generación perversa, hijos sin fidelidad alguna.


Ved, pues, que yo soy yo, yo solo, y que no hay Dios alguno más que yo. Yo doy la vida, yo doy la muerte; yo hiero, yo sano; no hay nadie que se libre de mi mano.'


¡El es la Roca! Sus obras son perfectas, todos sus caminos son justos; es fiel y no hay en El iniquidad. Es justo, es recto.”


A ti se te hicieron ver para que conocieras que Yahvé es en verdad Dios y que no hay otro Dios más que El.


Reconoce, pues, hoy y revuelve en tu corazón que Yahvé sí que es Dios arriba, allá en los cielos, y abajo, aquí sobre la tierra, y que no hay otro sino El.


porque escrito está: “Sed santos, porque santo soy yo.”