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1 Samuel 2:3 - Biblia Nacar-Colunga

3 Dejaos de hablar altaneramente; no salgan de vuestra boca arrogancias, que Yahvé es Dios sapientísimo y no se ocultan a su vista las maldades.'

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »¡Dejen de ser tan orgullosos y altaneros! ¡No hablen con tanta arrogancia! Pues el Señor es un Dios que sabe lo que han hecho; él juzgará sus acciones.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Basta de palabras altaneras, no salga más la arrogancia de su boca. Yavé es un Dios que todo lo sabe, él es quien pesa las acciones.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

3 No multipliquéis palabras altaneras; Ni salga arrogancia de vuestra boca; Porque YHVH es Dios de sabiduría, Y Él sopesa las acciones.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No multipliquéis palabras altaneras, no salga de vuestra boca la insolencia, porque Dios sapientísimo es Yahveh, a él toca pesar las acciones.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




1 Samuel 2:3
26 Cross References  

óyelas desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona. Obra con cada uno según sus caminos, y según ellos retribuyelos tú, que escudriñas el corazón de todos los hijos de los hombres,


¡Péseme Dios en balanza justa, y Dios reconocerá mi integridad!


Grande es nuestro Señor y poderoso, y su inteligencia es inenarrable.


Cierran su duro corazón y hablan jactanciosamente con su boca.


Yahvé, que no sea yo confundido, pues te invoco. Confundidos sean los malvados, y mudos (bajen) al seol.


Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios, si hubiéramos tendido nuestras palmas a dioses extraños,


Yo dije a los arrogantes: No os ensoberbezcáis, y a los impíos: No irgáis vuestra cabeza.


hablarán proterva y jactanciosamente y discursearán con arrogancia todos los obradores de iniquidad?


Al hombre le parecen buenos todos sus caminos, pero es Yahvé quien pesa las almas.


Que si luego dijeres: “No lo sabía,” ¿no lo sabrá el que pesa los corazones? Bien lo sabe el que vela por tu vida, y dará a cada uno según su merecido.


[Temer a Dios es aborrecer el mal.] La soberbia, la arrogancia, el mal camino, la boca perversa, la detesto.


La senda de los justos es recta, i derecho el camino que tú abres al justo.


¿A quién has ultrajado y escarnecido? ¿Contra quién has alzado la voz y alzado en alto tus ojos? ¡Contra el Santo de Israel!


Yo, Yahvé, que penetro los corazones y pruebo los ríñones, para retribuir a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras. Perdiz que empolla huevos que no ha puesto es el que injustamente allega riquezas; a la mitad de sus días tendrá que dejarlas, y en sus postrimerías será un necio.'


Y os insolentasteis de boca contra mí, y multiplicasteis, oyéndolas yo, vuestras palabras contra mí.


“teqel,” has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso;'


Que la palabra de Dios es viva, eficaz y tajante, más que una espada de dos filos, y penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta las coyunturas y la medula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.


“El Todopoderoso Dios, Yahvé, sabe; el Todopoderoso Dios, Yahvé, sabe, y sabrá toda la asamblea de los hijos de Israel: Si ha sido por rebelión y por infidelidad contra Yahvé, que no nos salve hoy.'


Y a sus hijos los haré morir con muerte arrebatada, y conocerán todas las iglesias que yo soy el que escudriña las entrañas y los corazones, y que os daré a cada uno según vuestras obras.


Díjole entonces Zebul: “¿Dónde está ahora tu boca, con que dijiste: Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No es ésa la gente para ti despreciable? Sal, pues, a darle la batalla.”


Pero Yahvé dijo a Samuel: “No tengas en cuenta su figura y su gran talla, que yo le he descartado. No ve Dios como el hombre; el hombre ve la figura, pero Yahvé mira el corazón.”


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