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Jueces 8:3 - Versión Biblia Libre

3 Dios les entregó a Oreb y Zeeb, los dos comandantes madianitas. ¿Qué he conseguido yo a diferencia de ustedes?”. Cuando les dijo esto, su hostilidad hacia él se disipó.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Dios les dio a ustedes la victoria sobre Oreb y Zeeb, los comandantes del ejército madianita. ¿Qué he logrado yo en comparación con eso? Cuando los hombres de Efraín oyeron la respuesta de Gedeón, se calmó su enojo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 ¿No puso Yavé en las manos de ustedes a los jefes de Madián Oreb y Zeeb? Lo que hice es nada en comparación con eso'. Cuando les hubo hablado así, se apaciguó su cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ’Elohim ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, jefes de Madián, ¿qué podía hacer yo en comparación con vosotros? Entonces su enojo se aplacó cuando dijo esto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 En vuestras manos ha entregado Dios a los príncipes de Madián, Oreb y Zeeb. ¿Qué he podido hacer yo en comparación con vosotros?'. Con estas palabras se aplacó su irritación contra él.

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Jueces 8:3
15 Referencias Cruzadas  

No para nosotros, Señor, no para nosotros, sino para ti Señor, toda la gloria debe ser dada, por tu gran amor y verdad.


No conquistaron la tierra con sus espadas; no fue a través de su fuerza que ganaron la victoria, fue por tu fuerza, tu poder, y tu compañía, porque los amabas.


Una respuesta amable evitará la ira, pero las palabras hirientes aumentarán el enojo.


Mejor es ser lento para enojarse, que ser poderoso; mejor es tener dominio propio que conquistar una ciudad.


El consejo impartido en el momento correcto es como manzanas de oro con baño de plata.


Si eres paciente, podrás persuadir a tu superior, y las palabras suaves pueden derribar la oposición.


Así que el proverbio que dice ‘uno es el que siembra y otro es el que cosecha,’ es verdadero.


Déjenme explicarles a todos ustedes, por la gracia que se ha dado, que ninguno debería tener un concepto de sí mismo más alto que el que debería tener. Ustedes deben tener un autoconcepto realista, conforme a la medida de fe que Dios les ha dado.


Cada uno tiene dones diferentes, que varían conforme a la gracia que se nos ha dado. De modo que si el don consiste en hablar de Dios, entonces debes hacerlo conforme a tu medida de fe en Dios.


No hagan ninguna cosa con un espíritu egoísta u orgulloso, sino piensen con humildad unos de otros cosas mejores que las que piensan de ustedes mismos.


“¿Y acaso qué he logrado yo en comparación con ustedes?” respondió Gedeón. “¡Incluso las uvas que sobran en Efraín son mejores que toda la cosecha de uvas de Abiezer!


Entonces Gedeón cruzó el Jordán con sus trescientos hombres. Aunque estaban agotados, continuaron la búsqueda.


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