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Jeremías 9:7 - Versión Biblia Libre

7 Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Mira, voy a probarlos y a purificarlos como el metal en un horno. ¿Qué más puedo hacer por lo que ha hecho mi pueblo?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Por lo tanto, esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Mira, los derretiré en el crisol y los probaré como al metal. ¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Su lengua es una flecha que mata, diciendo mentiras; le desean al prójimo la paz, pero, en su corazón, le preparan una trampa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Por tanto, así dice YHVH Sebaot: He aquí que Yo los acrisolo y los pruebo, ¿Qué más podría Yo hacer por la hija de mi pueblo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Saeta mortífera es su lengua, engaño son las palabras de su boca. Habla amablemente con su amigo, pero a escondidas le pone una emboscada. Su lengua es flecha mortífera, las palabras de su boca son mentira; ofrecen saludo de paz al prójimo mientras por dentro le maquinan asechanzas

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Jeremías 9:7
22 Referencias Cruzadas  

“Pues entonces, al menos deja que mi hermano Amnón nos acompañe”, respondió Absalón. “¿Por qué quieres que vaya?” , preguntó el rey.


Una y otra vez el Señor, el Dios de sus padres, advirtió a su pueblo por medio de sus profetas, porque quería mostrar misericordia con ellos y con su Templo.


Con la espada afilada de un guerrero y carbones encendidos de un enebro.


Arroja tus cargas sobre el Señor y él te cuidará. Él no permitirá que aquellos que viven con rectitud caigan.


Solo en Dios encuentro paz. Mi esperanza viene de Él.


Me volveré contra ti. Te refinaré en un horno y eliminaré así todas las impurezas.


Miren cómo los he refinado, pero no como la plata: los elegí en el horno de la dificultad.


Tus manos están cubiertas de sangre y tus dedos manchados de culpa, tus labios hablan mentiras y tu boca susurra cosas malas.


¿Pero no sigue siendo Efraín mi hijo precioso, mi hijo adorable? Aunque a menudo tenga que regañarlo, no puedo olvidarlo. Por eso me desgarro por dentro con anhelo, queriendo demostrar lo mucho que me importa! declara el Señor.


Ve a todas partes por las calles de Jerusalén. Busca y presta atención. Busca por todas las plazas de su ciudad a ver si encuentras aunque sea una sola persona que haga lo correcto, alguien que sea fiel, y yo perdonaré a la ciudad.


Jeremías, te he hecho probador de metales para que pruebes a mi pueblo como si fuera metal, para que sepas de qué está hecho y cómo actúa.


¡Escucha la palabra del Señor, pueblo de Israel, porque el Señor tiene una acusación contra los habitantes de la tierra! “No hay fidelidad, lealtad ni conocimiento de Dios en la tierra.


Yo pondré este tercio en el fuego, y lo refinaré como la plata, los probaré como se prueba al oro. Ellos clamarán por mi ayua, y yo les responderé. Diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”.


Él se sentará como el que refina y purifica la plata; así purificará a los descendientes de Leví, y los refinará como oro, para que pueda traer ofrendas puras al Señor.


Estas demuestran que su fe en Dios es genuina—aunque también puede ser destruida—y esa fe es más valiosa que el oro. De este modo, su fe en Dios será reconocida y ustedes recibirán alabanza, gloria y honra cuando Cristo aparezca.


Amigos míos, no se sorprendan ante las “pruebas de fuego” que están experimentando, como si estas fueran algo inesperado.


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