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Génesis 9:5 - Versión Biblia Libre

5 Si tu sangre es derramada por causa de un animal, yo pediré cuentas por ello; y si tu sangre es derramada por otra personas, yo se lo reclamaré.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 »Yo exigiré la sangre de cualquiera que le quite la vida a otra persona. Si un animal salvaje mata a una persona, ese animal debe morir; y cualquiera que asesine a otro ser humano debe morir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pero también reclamaré la sangre de ustedes como si fuera su alma. Pediré cuenta de ella a cualquier animal. Y también el hombre deberá responder de la sangre de cualquier hombre, hermano suyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 pues ciertamente demandaré vuestra sangre así como vuestras vidas, la demandaré de mano° de todo ser vivo, y de mano del hombre, de mano de cualquier hermano° suyo, demandaré la vida del hombre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Yo exigiré cuentas por vuestra propia sangre, o sea, por vuestras vidas. Las exigiré a todo animal y a todo hombre. Exigiré al hombre cuentas por la vida de su hermano.

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Génesis 9:5
26 Referencias Cruzadas  

Rubén les dijo: “¿No les dije: ‘No le hagan daño al muchacho’? Pero no me escucharon. Ahora estamos pagando el precio por lo que le hicimos”.


¡Con más razón, cuando hombres malos matan a un hombre bueno en su propia casa y en su propia cama, ¿no debería exigirles que paguen por su vida con sus propias vidas, y exterminarlos?!”


Haz lo que creas conveniente, pero no dejes que su cabeza con canas baje tranquilamente a la tumba.


Cuando Atalía, la madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, dio la orden de asesinar a todo el resto de la familia real.


El rey Joás demostró que había olvidado la lealtad y el amor que le había demostrado Joiada, el padre de Zacarías, al matar a su hijo. Al morir, Zacarías gritó: “¡Que el Señor vea lo que has hecho y te lo pague!”.


Entonces los funcionarios de Amón conspiraron contra él y lo mataron en su palacio.


Pero la gente de la nación mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, e hicieron rey a su hijo Josías.


Él no se olvida de castigar a los asesinos, ni ignora el gemido de los que sufren.


“No cometerás asesinato.


“Todo aquel que golpee y mate a otra persona debe ser ejecutado.


“No vayas por ahí difundiendo falsos rumores sobre la gente. No te quedes callado cuando las vidas de otros están en peligro. Yo soy el Señor.


“Cualquiera que mate a alguien más debe ser ejecutado.


Cualquiera que mate un animal tiene que reemplazarlo, pero cualquiera que mate a alguien más debe ser ejecutado.


“Pero si alguien golpea deliberadamente a alguien con algo hecho de hierro y lo mata, esa persona es un asesino y debe ser ejecutado.


Si alguien tomaun trozo de piedra que pueda ser usado como arma y golpea a alguien con ella, y lo mata, esa persona es un asesino y debe ser ejecutado.


Si alguien tomaun trozo de madera que pueda ser usado como arma y golpea a alguien con ella, y lo mata, esa persona es un asesino y debe ser ejecutado.


o si alguien golpea a otro con su mano y mueren, el que lo golpeó debe ser ejecutado porque es un asesino. Cuando el vengador encuentra al asesino, debe matarlo.


Como consecuencia de ello, ustedes tendrán que dar cuenta de la sangre de todas las personas buenas que se ha derramado sobre la tierra: desde la sangre de Abel, que hizo lo correcto, hasta la sangre de Zacarías, el hijo de Berequías, a quien ustedes mataron entre el Templo y el altar.


De un solo hombre él hizo a todos los pueblos que viven en la tierra, y decidió de antemano cuándo y dónde debían vivir.


Por otra parte, si un hombre odia a alguien, se esconde a la espera, y lo ataca y lo mata, y luego el asesino corre a una de las ciudades santuario,


los ancianos de su ciudad natal deben mandarlo a buscar, traerlo de vuelta y entregarlo al vengador para que lo mate.


Así pagó Dios a Abimelec el crimen que cometió contra su padre al asesinar a sus setenta hermanos.


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