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Éxodo 33:3 - Versión Biblia Libre

3 Entra en una tierra que fluye leche y miel, pero no te acompañaré porque eres un pueblo rebelde. De lo contrario, te destruiría en el camino”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 (a la tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Suban a la tierra donde fluyen la leche y la miel. Sin embargo, yo no los acompañaré, porque son un pueblo terco y rebelde. Si lo hiciera, seguramente los destruiría en el camino».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pero no subiré con ustedes a esa tierra que mana leche y miel, no sea que los destruya en el camino, por ser un pueblo rebelde.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 a una tierra que fluye leche y miel, porque no subiré en medio de ti, no sea que te consuma en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 y te introduciré en la tierra que mana leche y miel. Pero no subiré contigo, no sea que acabe contigo en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz'.

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Éxodo 33:3
33 Referencias Cruzadas  

Pero ellos se negaron a escuchar, y fueron tan tercos como sus antepasados, que no confiaron en el Señor, su Dios.


Para que no fueran como sus antepasados, una generación terca y rebelde que carecía de fe y fidelidad.


El Señor los llevará a la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, heveos y jebuseos, la tierra que le prometió a sus antepasados, una tierra que fluye leche y miel. Así que deben observar esta ceremonia en este mes.


Asegúrate de prestarle atención y hacer lo que te diga. No te opongas a él, porque no perdonará la rebelión, pues lleva mi autoridad.


He decidido sacarlos de la miseria que están teniendo en Egipto y llevarlos a la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, una tierra que fluye leche y miel’”.


Por eso he descendido para rescatarlos de la opresión egipcia y para llevarlos desde ese país a una tierra fértil y amplia, una tierra donde fluye leche y miel, donde actualmente viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.


El Señor se arrepintió sobre el desastre que amenazó con causar a su pueblo.


Porque el Señor ya le había dicho a Moisés: “Dile al pueblo de Israel: ‘Tú eres un pueblo rebelde. Si estuviera contigo un momento, te aniquilaría. Ahora quítate las joyas, y yo decidiré qué hacer contigo’”.


Dijo: “Señor, si es verdad que eres feliz conmigo, por favor acompáñanos. Es cierto que este es un pueblo rebelde, pero por favor perdona nuestra culpa y nuestro pecado. Acéptanos como algo que te pertenece especialmente”.


Yo sé lo tercos que son ustedes, con cuellos inflexibles como el hierro y frentes duras como el bronce.


Lo hice para cumplir lo que prometí a sus antepasados: darles una tierra que mana leche y miel, como sigue siendo hoy. Amén, Señor, respondí.


“Aquel día les prometí que los sacaría de Egipto y los llevaría a un país que había elegido para ellos, una tierra que mana leche y miel, mejor que cualquier otro país.


Pero te he prometido que te harás cargo de su tierra. Te la voy a dar en propiedad, una tierra que fluye con leche y miel. Yo soy el Señor tu Dios, que te ha hecho un pueblo distinto de todos los demás.


Y Dios vio lo que habían hecho, y que abandonaron sus malos caminos, y cambió de parecer, y no llevó a cabo la destrucción que había anunciado.


Jonás entró a la ciudad caminando por un día, y gritaba: “¡En cuarenta días Nínive será destruida!”


Este es el informe que dieron a Moisés: “Fuimos y exploramos el país al que nos enviaste, y es definitivamente muy productivo, como si fluyera leche y miel. ¡Miren algunas de sus frutas!


Voy a enfermarlos con una enfermedad y matarlos. Entonces los convertiré en una nación más grande y fuerte que ellos”.


Si el Señor está contento con nosotros, nos llevará allí y nos la dará, una tierra tan productiva que es como si fluyera leche y miel.


¿No has hecho suficiente alejándonos de una tierra que fluye leche y miel para matarnos aquí en el desierto? ¿También tienes que hacerte un dictador y gobernante?


“Apártense de estos israelitas y los destruiré enseguida”.


“Aléjate de este pueblo, pues acabaré con ellos inmediatamente”. Moisés y Aarón cayeron al suelo boca abajo.


“¡Pueblo arrogante y terco! ¡Nunca escuchan! ¡Ustedes siempre pelean contra el Espíritu Santo! ¡Actúan como lo hacían sus padres!


Porque el Señor su Dios es un fuego que lo consume todo. Él es un Dios exclusivo.


Durante cuarenta años los israelitas viajaron por el desierto hasta que todos los hombres en edad de luchar cuando salieron de Egipto ya habían muerto, porque no habían hecho lo que el Señor les había dicho que hicieran. Así que el Señor había prometido que no les dejaría ver la tierra que había prometido a sus antepasados que nos daría, una tierra que fluye leche y miel.


“En consecuencia, esta es la declaración del Señor: Hice la promesa definitiva de que tu familia y la de tu padre me servirían siempre como sacerdotes. Pero ahora el Señor declara: ¡Ya no más! En cambio, honraré a los que me honran, pero trataré con desprecio a los que me desprecian.


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