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Éxodo 17:4 - Versión Biblia Libre

4 Moisés le gritó al Señor: “¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Un poco más de esto y me apedrearán!”

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces Moisés clamó al Señor: —¿Qué hago con este pueblo? ¡Están a punto de apedrearme!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Entonces Moisés llamó a Yavé y le dijo: '¿Qué puedo hacer con este pueblo?; por poco me apedrean.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y clamó Moisés a YHVH, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrean.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Moisés clamó a Yahveh, diciendo: '¿Qué haré yo con este pueblo? ¡Poco falta para que me apedreen!'.

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Éxodo 17:4
11 Referencias Cruzadas  

Moisés y Aaron estuvieron entre sus sacerdotes; Samuel también le rogó. Ellos clamaron al Señor por ayuda, y él les respondió.


El Señor le dijo a Moisés: “¿Por qué clamas a mi con gritos? Dile a los israelitas que sigan adelante.


Moisés le pidió ayuda al Señor, y el Señor le mostró un trozo de madera. Cuando lo arrojó al agua, se volvió dulce. Allí el Señor les dio reglas e instrucciones y también puso a prueba su lealtad hacia él.


Le preguntó al Señor: “¿Por qué me has puesto las cosas tan difíciles a mí, tu siervo? ¿Por qué estás tan descontento conmigo que me has puesto la pesada responsabilidad de toda esta gente?


En respuesta, todo el pueblo gritó: “¡Apedréenlos!” Pero la gloria del Señor apareció de repente en el Tabernáculo de Reunión, justo en medio de los israelitas.


Cuando Coré reunió a todo su grupo rebelde a la entrada del Tabernáculo de Reunión, la gloria del Señor apareció ante toda la congregación.


Una vez más los judíos tomaron piedras para lanzárselas.


Ante esto, ellos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó de ellos y se fue del Templo.


Pero entonces ciertos judíos de Antioquía e Iconio llegaron y se ganaron la simpatía de la multitud. Y apedrearon a Pablo, y lo arrastraron hasta las afueras de la ciudad, pensando que estaba muerto.


¿Acaso no lo hice yo todo?’


David estaba en un gran apuro, porque los hombres estaban tan molestos por la pérdida de sus hijos que empezaron a hablar de apedrearlo. Pero confiando en el Señor, su Dios,


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