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1 Samuel 13:19 - Versión Biblia Libre

19 En esos días no había un herrero en ninguna parte de Israel. Los filisteos lo impedían para que los hebreos no hicieran espadas y lanzas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 No había herreros en la tierra de Israel en esos días. Los filisteos no los permitían, por miedo a que forjaran espadas y lanzas para los hebreos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 En ese tiempo no había herreros en todo el territorio de Israel, porque los filisteos se habían dicho: 'De ningún modo los hebreos se fabricarán espadas o lanzas'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Ahora bien, en toda la tierra de Israel no se encontraba ni un herrero, porque los filisteos habían dicho: Que los hebreos no se hagan espadas ni lanzas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 No había herreros en todo el país de Israel, porque los filisteos se habían dicho: 'Que los hebreos no puedan fabricarse espadas ni lanzas'.

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1 Samuel 13:19
6 Referencias Cruzadas  

Deportó a toda Jerusalén, a todos los comandantes y a los soldados experimentados, a todos los artesanos y a los trabajadores del metal, un total de diez mil prisioneros. Sólo quedó la gente muy pobre del país.


Mira: he creado al herrero que sopla las brasas en una llama caliente y forja un arma adecuada; y he creado al destructor que trae la destrucción.


El Señor me mostró en visión dos cestas de higos colocadas delante del Templo del Señor. Esto sucedió después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevara a Babilonia a Joaquín, hijo de Joacim, rey de Judá, así como los dirigentes de Judá y los artesanos y metalúrgicos de Jerusalén.


Esto sucedió después de que el rey Joaquín, la reina madre, los funcionarios de la corte, los dirigentes de Judá y Jerusalén, los artesanos y los metalúrgicos habían sido desterrados de Jerusalén.


Cuando el pueblo eligió nuevos dioses, entonces la guerra llegó a sus puertas. Ni siquiera un escudo o una lanza podían encontrarse entre los cuarenta mil guerreros de Israel.


Todos los israelitas tenían que acudir a los filisteos para afilar sus rejas de hierro, picos, hachas y hoces.


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