Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Corintios 4:8 - Versión Biblia Libre

8 Piensan que tienen todo lo que necesitan. Piensan que son muy ricos. Ustedes creen que ya son reyes, y que no nos necesitan. Yo desearía que en realidad ustedes estuvieran gobernando como reyes, para que nosotros pudiéramos gobernar con ustedes.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Ustedes piensan que ya tienen todo lo que necesitan. Creen que ya son ricos. ¡Hasta han comenzado a reinar sin nosotros en el reino de Dios! Yo desearía que en verdad ya estuvieran reinando, porque entonces nosotros estaríamos reinando con ustedes.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero, ¿qué hacer? Ustedes ya son ricos, están satisfechos, y se sienten reyes sin nosotros. ¡Ojalá fueran reyes! Así nos darían un asiento a su lado.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Ya estáis saciados, ya os enriquecisteis, sin nosotros reinasteis. ¡Ojalá hubierais llegado° a reinar para que también nosotros reináramos con vosotros!

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Ya os sentís saciados. Ya os habéis hecho ricos. Ya habéis logrado el reino sin nosotros. ¡Ojalá fuera verdad que hubierais logrado el reino, para que también nosotros lo compartiéramos con vosotros!

Ver Capítulo Copiar




1 Corintios 4:8
27 Referencias Cruzadas  

Algunos aparentan ser ricos, pero n tienen nada; mientras que otros aparentan ser pobres pero son muy ricos.


Quien se jacta de un regalo que nunca entrega, es como las nubes y el viento sin lluvia.


La tragedia viene a ustedes que son sabios en sus propios ojos y se creen muy inteligentes.


“¡Amén!”, dijo Jeremías. “¡Deseo que el Señor haga precisamente eso! Ojalá el Señor cumpliera tus palabras proféticas y trajera de vuelta a Jerusalén los objetos del Templo y a todos los exiliados de Babilonia.


“¿Estás celoso de mi reputación?” respondió Moisés. “¡Deseo que cada uno en el pueblo del Señor sea profeta y que el Señor les dé su espíritu a todos!”


Cuando Jesús vio que las multitudes le seguían, subió a una montaña. Allí se sentó junto con sus discípulos.


Cuánto pesar por los que ahora están saciados, porque estarán hambrientos. Cuánto pesar por ustedes los que ahora ríen, porque llorarán y se lamentarán.


“No importa si toma poco o mucho tiempo”, respondió Pablo. “Pero mi oración a Dios es que no solo usted, sino todos los que me escuchan se vuelvan como yo, excepto por estas cadenas”.


Déjenme explicarles a todos ustedes, por la gracia que se ha dado, que ninguno debería tener un concepto de sí mismo más alto que el que debería tener. Ustedes deben tener un autoconcepto realista, conforme a la medida de fe que Dios les ha dado.


Por medio de él ustedes han recibido riqueza en todas las cosas, en todo lo que dicen y en cada aspecto de lo que saben.


Algunos entre ustedes se han vuelto arrogantes y piensan que no me preocuparé por irlos a visitar.


No deberían estar orgullosos de esto. ¿Acaso no saben que apenas se necesita un poco de levadura para que crezca toda la masa?


Espero que puedan soportarme unas cuantas necedades más. ¡Bueno, de hecho, ya me soportan a mí mismo!


Nos alegra cuando somos débiles, y ustedes son fuertes. Oramos para que sigan mejorando.


Los que creen que son importantes—cuando realmente no son nada—se engañan a sí mismos.


Simplemente asegúrense de que su forma de vivir corresponde a la buena noticia de Cristo de tal modo que, ya sea que los vea o no, pueda saber cómo están: que permanecen firmes y en plena armonía unos con otros, unidos en espíritu mientras trabajan juntos por la fe de la buena noticia.


Así que, amigos, sigan trabajando por la meta de la salvación con plena reverencia y respeto hacia Dios, siguiendo lo que se les ha enseñado. No solo cuando yo estaba con ustedes, sino mucho más ahora que estoy lejos.


Tú te dices a ti mismo: ‘Soy rico, tengo riquezas, y no necesito nada’. Pero no sabes que eres un miserable, pobre, ciego y desnudo.


Los convertiste en un reino y en sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra”.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos