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Mateo 25:46 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

46 »Aquellos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

46 E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

46 »Y ellos irán al castigo eterno, pero los justos entrarán en la vida eterna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

46 Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

46 Y éstos irán a un castigo eterno y los justos a una vida eterna'.

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Mateo 25:46
34 Referencias Cruzadas  

Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.


Sucedió que un hombre se acercó a Jesús y le preguntó: ―Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para obtener la vida eterna?


Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos por mi causa recibirá cien veces más y obtendrá la vida eterna.


»Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el menos importante de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.


Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes. Así que, los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá”.


Pues tú le has dado autoridad sobre toda persona para que él les dé vida eterna a todos los que le has dado.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que no cree en el Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios».


Pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás. Al contrario, dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.


»Les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna. No será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


y saldrán de allí. Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida. Y los que han practicado el mal resucitarán para ser condenados.


No trabajen por la comida que pronto se acaba. Trabajen por la que permanece para vida eterna. Esa comida se la dará el Hijo del hombre, sobre quien Dios el Padre ha puesto su sello de aprobación.


Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.


Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los que no son judíos.


Al oír esto, los que no eran judíos se alegraron y alabaron el mensaje del Señor. Y todos los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.


Tengo la misma esperanza que estos hombres tienen. Es decir, que Dios hará resucitar a los justos y a los injustos.


Así como reinó el pecado provocando la muerte, ahora reina el amor. Reina el inmerecido amor de Dios, que nos declara justos y nos da vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.


Pues el pecado solo produce muerte, mientras que el regalo de Dios da vida eterna cuando creemos en Cristo Jesús, nuestro Señor.


El que vive siguiendo sus malos deseos está sembrando destrucción, y eso cosechará. El que vive guiado por el Espíritu está sembrando vida eterna, y eso cosechará.


Ellos serán alejados de la presencia del Señor, para que no compartan su grandioso poder, y sufrirán el castigo de la destrucción eterna.


Esta es la promesa que él nos dio: la vida eterna.


El diablo, que los había engañado, será echado al lago de fuego y azufre. Allí también están la bestia y el falso profeta. Ahí los harán sufrir para siempre, de día y de noche.


Todo aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era echado al lago de fuego.


Pero te diré quienes recibirán como premio el castigo del lago de fuego y azufre: los cobardes, los que no creen, los detestables; los asesinos, los que tienen relaciones sexuales prohibidas, los que practican la brujería; los que adoran dioses falsos y todos los mentirosos. Esta es la segunda muerte».


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