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Marcos 9:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

24 ―¡Sí, creo! —dijo de inmediato el padre del muchacho—. ¡Ayúdame en mi poca fe!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Al instante el padre gritó: 'Creo, ¡pero ayuda mi poca fe!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Inmediatamente el padre del muchacho, clamando, dijo: ¡Creo! ¡Ayuda mi poca fe!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Al momento, el padre del niño exclamó: '¡Creo! ¡Ayuda a mi escasa fe!'.

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Marcos 9:24
21 Referencias Cruzadas  

Jesús le dijo: ―¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.


Al ver Jesús que se juntaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno. ―Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.


Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: ―¡Aumenta nuestra fe!


Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y les ponía del perfume.


Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón: ―¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.


Mientras Pedro seguía pensando en el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, tres hombres te buscan.


y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tu ayuda a los pobres.


Les escribí con gran tristeza y preocupación, y hasta lloré. No lo hice para ponerlos tristes, sino para que se dieran cuenta de lo mucho que los amo.


No merecíamos el amor que nos ha salvado por medio de la fe en Cristo. No es algo que nosotros hubiéramos logrado hacer; ¡es un regalo de Dios!


Pues a ustedes Dios les ha dado no solo el privilegio de creer en Cristo, sino también de sufrir por él.


Por eso oramos siempre por ustedes, para que nuestro Dios los considere merecedores de ser elegidos como parte del pueblo de Dios. Y le pedimos a él que los llene de su poder para que puedan hacer todo el bien y las cosas que su fe les indica.


Hermanos en la fe, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes. Y es justo hacerlo, porque su fe en Dios es cada vez más grande, y el amor que demuestran hacia otros sigue siendo mucho.


Me acuerdo bien de tus lágrimas, y por eso deseo verte. Eso me llenaría de alegría.


Después, como ya saben, cuando quiso heredar lo que corresponde al hijo mayor, fue rechazado. De nada sirvió su arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición de su herencia.


Fijemos la mirada en la meta, que es Jesús, quien nos dio y perfeccionó nuestra fe. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ella significaba. Y ahora está sentado en el sitio de más honor, al lado derecho del trono de Dios.


Cuando vivía aquí en la tierra, Jesús hizo oraciones rogando al que podía salvarlo de la muerte. Lo hizo con fuerte voz y lágrimas. Y fue escuchado porque fue humilde y obediente.


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