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Hechos 20:23 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

23 Lo único que sé es que en todas las ciudades el Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 solo que el Espíritu Santo me dice en ciudad tras ciudad que me esperan cárcel y sufrimiento;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 solamente que en cada ciudad el Espíritu Santo me advierte que me esperan prisiones y pruebas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 excepto que el Espíritu Santo, de ciudad en ciudad, me asegura que me esperan prisiones y tribulaciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 fuera de que el Espíritu Santo en cada ciudad me va asegurando que me aguardan prisiones y tribulaciones.

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Hechos 20:23
14 Referencias Cruzadas  

Que vaya y dé aviso a mis cinco hermanos, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento”.


Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.


Allí fortalecían a los discípulos y los animaban a seguir creyendo. Les decían: «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios».


Silas y Timoteo llegaron de Macedonia. Entonces Pablo se ocupó por completo de anunciar el mensaje. Les presentaba a los judíos evidencias de que Jesús era el Cristo.


A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.


Este vino a vernos y, tomando el cinturón de Pablo, se ató con él de pies y manos, y dijo: ―Así dice el Espíritu Santo: “De esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán en manos de los no judíos”.


El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.


Allí encontramos a los discípulos y nos quedamos con ellos siete días. Ellos, advertidos por el Espíritu del peligro que corría, le dijeron a Pablo que no subiera a Jerusalén.


El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro».


Yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.


De esa manera, ninguno tendría dudas debido a las cosas que les ha tocado sufrir. Ustedes mismos saben que debemos pasar por todo esto,


El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos dejarán de creer en Cristo, pues serán engañados por espíritus mentirosos que darán enseñanzas diabólicas.


Si resistimos, también reinaremos con él. Si decimos no conocerlo, también él dirá no conocernos.


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