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Colosenses 3:16 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

16 Que toda la riqueza de las enseñanzas de Cristo los guíe siempre. Si tienen que enseñar o dar un consejo, háganlo con toda sabiduría. Canten salmos, himnos y canciones espirituales para que den gracias a Dios de todo corazón.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Que la palabra de Cristo habite en ustedes y esté a sus anchas. Tengan sabiduría, para que se puedan aconsejar unos a otros y se afirmen mutuamente con salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Que la gracia ponga en sus corazones un cántico a Dios,

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 La palabra del Mesías viva en vosotros en abundancia, con toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos los unos a los otros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando con gratitud en vuestros corazones a Dios.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza: enseñaos y amonestaos mutuamente con toda sabiduría; cantad en vuestros corazones a Dios, con gratitud, salmos, himnos y cánticos espirituales.

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Colosenses 3:16
62 Referencias Cruzadas  

Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.


Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió obedeciéndolos en todo. Y su madre guardaba todas estas cosas en el corazón.


Si permanecen en mí y mis enseñanzas permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.


Así que la gente recibe fe cuando escucha el mensaje, y el mensaje que escucha es la buena noticia acerca de Cristo.


Por mi parte, hermanos en la fe, estoy seguro de que ustedes mismos están llenos de bondad. Ustedes tienen conocimiento y están capacitados para enseñarse unos a otros.


¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento. Cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.


¿A qué conclusión llegamos, hermanos en la fe? Que, cuando se reúnan, uno de ustedes puede cantar y otro dar una enseñanza. Otro comunicará lo que Dios le haya mostrado, otro hablará en lenguas extrañas y otro traducirá lo que se dijo. Todo esto debe hacerse para que la iglesia tenga una fe firme.


Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, que les dé su Espíritu. Así tendrán la sabiduría y el entendimiento necesarios para conocerlo mejor.


Por tanto, no sean tontos, sino entiendan qué es lo que el Señor quiere.


Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor de todo corazón,


Dio su vida para hacerla santa. Él la limpió de toda maldad por medio de su mensaje y del bautismo.


Es por eso que hablamos de Cristo a todos, y les damos consejos y enseñamos con toda sabiduría. Lo hacemos para presentarlos delante de Dios como creyentes maduros gracias a Cristo.


Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer completamente su voluntad y les dé sabiduría y el entendimiento que da el Espíritu.


Que su conversación sea siempre agradable y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.


Ustedes comenzaron a anunciar el mensaje del Señor no solo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar. La fe que ustedes tienen en Dios es tan conocida en esos lugares que ya no es necesario que nosotros digamos nada.


Por lo tanto, anímense unos a otros con esta enseñanza.


Sin embargo, no lo traten como a un enemigo, sino llámenle la atención como a un hermano.


A los ricos de este mundo, mándales que no sean orgullosos ni pongan su confianza en las riquezas, que son inseguras. Diles que más bien confíen en Dios, que nos da de todo en abundancia para que lo disfrutemos.


Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.


Pues por medio de Jesucristo nuestro Salvador nos fue dado el Espíritu Santo en abundancia.


Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Pues Dios la da a todos generosamente y sin reclamar nada.


En cambio, la sabiduría que Dios da es ante todo pura, es decir, no produce maldad. Al contrario, produce paz, bondad, amabilidad, compasión y buenas acciones. El que tiene sabiduría de Dios trata a todos por igual y es sincero.


¿Está triste alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.


Quisiera que lo que ustedes han oído desde el principio lo sigan creyendo siempre. Así seguirán siendo amigos del Hijo y del Padre.


Pero en ustedes permanece el Espíritu Santo, a quien Cristo envió a sus vidas. Así que no necesitan que nadie les enseñe, porque el Espíritu que siempre dice la verdad les enseñará todas las cosas. Sigan entonces unidos a Cristo, tal y como el Espíritu les enseñó.


Es justamente la verdad la que nos hace amarlos, porque la verdad permanece en nosotros y estará con nosotros para siempre.


Y cantaban un himno nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los líderes. Solo los ciento cuarenta y cuatro mil podían aprender aquel himno. Solo ellos, que habían sido salvados de la tierra, podían aprenderlo. ¡Nadie más podía aprender ese himno!


Cantaban el himno de Moisés, servidor de Dios, y el himno del Cordero. Cantaban así: «Todo lo que haces es grande y maravilloso, Señor Dios Todopoderoso. Todo lo que haces es justo y correcto, Rey de las naciones.


Entonces me arrodillé a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor como tú y como los creyentes que se mantienen fieles al mensaje de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El mensaje de Jesús se comparte con otros por medio del poder del Espíritu».


Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado. Con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, idioma, pueblo y nación.


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