Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Colosenses 2:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

11 La circuncisión marcaba a los judíos como parte del pueblo de Dios. Pues gracias Cristo, ustedes recibieron una circuncisión espiritual, no hecha por mano humana. Es decir, Cristo quitó de sus cuerpos el deseo de seguir pecando.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Cuando ustedes llegaron a Cristo, fueron «circuncidados», pero no mediante un procedimiento corporal. Cristo llevó a cabo una circuncisión espiritual, es decir, les quitó la naturaleza pecaminosa.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

11 En Cristo recibieron una circuncisión no humana, no quirúrgica, que los despojó enteramente del cuerpo carnal. Esta 'circuncisión de Cristo'

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

11 en quien también fuisteis circuncidados con una circuncisión hecha sin mano, desvistiéndoos enteramente del cuerpo° de la carne,° por medio de la circuncisión del Mesías;

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 en el cual también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha a mano por despojo del cuerpo carnal, sino por la circuncisión de Cristo,

Ver Capítulo Copiar




Colosenses 2:11
22 Referencias Cruzadas  

―Nosotros le oímos decir: “Destruiré este Templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres”.


Cuando el niño cumplió ocho días de nacido, María y José fueron a circuncidarlo, y lo llamaron Jesús. Ese fue el nombre que el ángel le había puesto antes de que María quedara embarazada.


»El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres,


»Sin embargo, el Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas. Como dice el profeta:


El verdadero judío es judío de corazón; y la verdadera circuncisión es la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. El verdadero judío es alabado por Dios, no por la gente.


Sabemos que nuestra vieja manera de ser fue crucificada con él, para que el pecado que dominaba nuestro cuerpo perdiera su poder. De este modo ya no seguimos siendo esclavos del pecado,


¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará del pecado que me lleva a la muerte?


Nuestro cuerpo es como una tienda de campaña. Bien sabemos que, si esta tienda se destruye, Dios nos dará en el cielo un cuerpo mejor. Será un cuerpo parecido a un edificio, una casa eterna, no construida por manos humanas.


Por lo tanto, si alguno está unido a Cristo, es una nueva creación. ¡Nuestra vieja manera de vivir quedó en el pasado, ahora somos nuevas personas!


Lo que yo era antes fue crucificado con Cristo, y ya no soy esa persona, sino que Cristo vive en mí. Ahora vivo en este cuerpo confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.


Los que son de Cristo Jesús han hecho morir en la cruz sus malos deseos por el pecado.


Con respecto a la manera en que antes vivían, se les enseñó que ahora deben vivir diferente. Dejen esa vieja vida, porque los malos deseos los controlan con mentiras.


Si la circuncisión es la marca del pueblo de Dios, nosotros somos entonces el verdadero pueblo. Y lo somos porque por medio del Espíritu adoramos a Dios, y nos sentimos orgullosos de pertenecer a Cristo Jesús. No creemos que podamos ser salvos por medio del esfuerzo humano.


Por eso les pido que hagan morir todos sus deseos de maldad. No tengan relaciones sexuales prohibidas, dejen las acciones vergonzosas y sus malos deseos de placer. Abandonen el deseo de hacer lo malo, el deseo de siempre tener más dinero, pues es lo mismo que adorar ídolos.


Cristo, por el contrario, se ha presentado como sumo sacerdote por medio del cual ahora disfrutamos de todo lo bueno. Su santuario es más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas. Esto significa que no es de este mundo.


En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, que era solo copia del verdadero santuario. Él entró en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos