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Números 13:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

28 Pero el pueblo que allí habita es poderoso, sus ciudades son enormes y están fortificadas. Hasta vimos anaquitas allí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Pero el pueblo que vive en ese país es muy poderoso. Las ciudades son muy grandes y fortificadas, hemos visto incluso a los descendientes de Enac.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Pero, el pueblo que habita en esa tierra es fuerte, y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Además, hemos visto allí a los descendientes de Anac.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Pero el pueblo que habita el país es fuerte; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Incluso vimos allí a descendientes de Anac.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Pero el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y también vimos allí a los hijos de Anac.

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Números 13:28
12 Referencias Cruzadas  

así que intentó matar un refaíta llamado Isbibenob, que iba armado con una espada nueva y una lanza de bronce que pesaba más de trescientos siclos.


¡Hasta vimos a los gigantes anaquitas! Comparados con ellos, parecíamos langostas y así nos veían ellos a nosotros.


¿A dónde iremos? Nuestros hermanos nos han llenado de miedo, pues nos informan que la gente de allá es más fuerte y más alta que nosotros, y que las ciudades son grandes y tienen muros que llegan hasta el cielo. ¡Para colmo, nos dicen que allí vieron anaquitas!».


Eran fuertes, numerosos y tan altos como los anaquitas, pero el Señor los destruyó por medio de los amonitas, quienes luego de desalojarlos se establecieron en su lugar.


Todas esas ciudades estaban fortificadas con murallas altas, con portones y barras, sin contar las muchas aldeas no amuralladas.


Ningún anaquita quedó con vida en la tierra que ocupó el pueblo de Israel. Su presencia se redujo solo a Gaza, Gat y Asdod.


Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tú bien sabes que los anaquitas habitan allí y que sus ciudades son enormes y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor los expulsaré de ese territorio, tal como él ha prometido».


Caleb expulsó de Hebrón a tres descendientes de Anac: Sesay, Ajimán y Talmay.


Tal como lo había prometido Moisés, Caleb recibió Hebrón y expulsó de esa ciudad a los tres hijos de Anac.


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