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Jeremías 21:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

10 Porque he decidido hacer el mal a esta ciudad y no el bien”, afirma el Señor. “Será entregada en manos del rey de Babilonia, quien le prenderá fuego”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Porque mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal, y no para bien, dice Jehová; en mano del rey de Babilonia será entregada, y la quemará a fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues he decidido traer desastre y no bien a esta ciudad, dice el Señor. Será entregada al rey de Babilonia, quien la reducirá a cenizas’”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pues yo le he vuelto la cara a esta ciudad para su mal, no para su bien, dice Yavé. Caerá en manos del rey de Babilonia, que le prenderá fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque he puesto mi rostro contra esta ciudad para mal y no para bien, dice YHVH: será entregada en mano del rey de Babilonia, el cual la quemará con fuego°.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pues he dirigido mi rostro contra esta ciudad para mal y no para bien -oráculo de Yahveh-. Será entregada en mano del rey de Babilonia y la incendiará'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Porque mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal, y no para bien, dice Jehová; en mano del rey de Babilonia será entregada, y la quemará a fuego.

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Jeremías 21:10
26 Referencias Cruzadas  

Incendiaron el Templo de Dios, derribaron los muros de Jerusalén, prendieron fuego a sus palacios y destruyeron todos los objetos de valor que allí había.


pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria.


Pero si no obedecen en consagrar el día sábado y permiten que entren cargas por las puertas de Jerusalén en sábado, entonces prenderé fuego a sus puertas que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén’ ”».


entonces haré con esta casa lo mismo que hice con Siló: Haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra’ ”».


“Los babilonios vienen para atacar la ciudad y llenarla de cadáveres. En mi ira y furor he ocultado mi rostro de esta ciudad; la heriré de muerte a causa de todas sus maldades.


«Así dice el Señor, el Dios de Israel: “Ve y adviértele a Sedequías, rey de Judá, que así dice el Señor: ‘Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la incendiará.


Voy a dar una orden —afirma el Señor—, y los haré volver a esta ciudad. La atacarán y, luego de tomarla, la incendiarán. Dejaré a las ciudades de Judá en total ruina, sin habitantes».


Jeremías dijo a Sedequías: —Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “Si se rinde ante los oficiales del rey de Babilonia, salvará su vida, esta ciudad no será incendiada y usted y su familia vivirán.


Pero, si no se rinde ante los oficiales del rey de Babilonia, la ciudad caerá bajo el poder de los babilonios, será incendiada y usted no tendrá escapatoria”.


»Todas sus mujeres y sus hijos serán entregados a los babilonios. Usted mismo no podrá escapar, sino que caerá bajo el poder del rey de Babilonia y la ciudad será incendiada».


Así dice el Señor: “Esta ciudad caerá en poder del ejército del rey de Babilonia y será capturada”».


«Ve y dile a Ebedmélec, el cusita, que así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “Voy a cumplir las palabras que anuncié contra esta ciudad, para mal y no para bien. En aquel día, tú serás testigo de todo esto.


Los babilonios prendieron fuego al palacio real, a las casas del pueblo y derribaron los muros de Jerusalén.


»Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “He decidido ponerme en contra de ustedes, para su mal, y destruir a todo Judá.


Porque yo los estoy vigilando para mal y no para bien. La espada y el hambre acabarán con todos los judíos que viven en Egipto.


y prendió fuego al Templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes.


Voy a enfrentarme a ellos; ¡se han librado de un fuego, pero serán consumidos por otro! Cuando me enfrente a ellos, ustedes sabrán que yo soy el Señor.


¡Pongan la olla vacía sobre las brasas, hasta que el bronce esté al rojo vivo! ¡Que se fundan en ella sus impurezas y se consuma su herrumbre!


»Cuando algún israelita o extranjero que viva entre ustedes coma sangre de cualquier animal, yo me pondré en su contra y lo eliminaré de su pueblo.


Yo les negaré mi favor y sus adversarios los derrotarán. Sus enemigos los dominarán y ustedes huirán sin que nadie los persiga.


Por eso yo enviaré fuego sobre Judá que consumirá las fortalezas de Jerusalén».


Aunque vayan al destierro cautivos por sus enemigos, allí ordenaré que los mate la espada. »Para mal y no para bien, fijaré en ellos mis ojos».


¿No se cumplieron en sus antepasados las palabras y los estatutos que a mis siervos los profetas ordené comunicarles? »”Entonces ellos se volvieron al Señor y dijeron: ‘El Señor de los Ejércitos nos ha tratado tal y como había decidido hacerlo: conforme a lo que merecen nuestros caminos y nuestras acciones’ ”».


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