Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Jeremías 2:30 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

30 «En vano castigo a tus hijos, pues rechazan mi corrección. Cual si fuera un león feroz, la espada de ustedes devoró a sus profetas.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

30 En vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

30 He castigado a tus hijos, pero no respondieron a mi disciplina. Tú mismo mataste a tus profetas como un león mata a su presa.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Inútilmente he corregido a sus hijos, ya que nadie me ha hecho caso. La espada, más feroz que un león, ha devorado a sus profetas, pero no entendieron.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

30 En vano he azotado a vuestros hijos: Ellos no han recibido corrección. Vuestra espada ha devorado a vuestros profetas, Como un león destructor.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 En vano castigué a vuestros hijos, no aprendieron la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como león desgarrador.

Ver Capítulo Copiar




Jeremías 2:30
30 Referencias Cruzadas  

Él respondió: —Me consume mi amor por ti, Señor Dios de los Ejércitos. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!


Él respondió: —Me consume mi amor por ti, Señor Dios de los Ejércitos. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!


Pero ellos conspiraron contra Zacarías, hijo de Joyadá; entonces, por orden del rey, lo mataron a pedradas en el atrio del Templo del Señor.


Y a pesar de encontrarse tan presionado, el rey Acaz se empecinó en su rebelión contra el Señor.


Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, tenían en poco sus palabras, y se mofaban de sus profetas. Por fin, el Señor desató su ira contra el pueblo y ya no hubo remedio.


»Pero fueron desobedientes: se rebelaron contra ti, rechazaron tu Ley, mataron a tus profetas que los exhortaban a volverse a ti; ¡te ofendieron mucho!


¿Por qué recibir más golpes? ¿Por qué insistir en la rebelión? Toda su cabeza está herida, todo su corazón está enfermo.


Ustedes tienen las manos manchadas de sangre y los dedos manchados de iniquidad. Sus labios dicen mentiras; su lengua murmura maldades.


Pero el pueblo no volvió al que lo ha castigado; no ha buscado al Señor de los Ejércitos.


«Por cierto, he escuchado el lamento de Efraín: “Me has azotado como a un ternero sin domar y he aceptado tu corrección. Hazme volver, y seré restaurado; porque tú, Señor, eres mi Dios.


«Anuncien esto en Egipto, proclámenlo en Migdol, Menfis y Tafnes: “¡A sus puestos! ¡Manténganse alerta! ¡La espada devora a su alrededor!”.


Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad? Golpeaste a esa gente y no les dolió, acabaste con ellos y no quisieron ser corregidos. Endurecieron su rostro más que una roca y no quisieron arrepentirse.


Entonces dirás: “Esta es la nación que no ha obedecido la voz del Señor su Dios ni ha aceptado su corrección. La verdad ha muerto, ha sido arrancada de su boca.


Pero sucedió por los pecados de sus profetas, por las iniquidades de sus sacerdotes, ¡por derramar sangre inocente en las calles de la ciudad!


«Hijo de hombre, dile a Israel: “Tú eres una tierra que no ha sido purificada ni mojada por la lluvia en el día de la ira”.


»”Jerusalén, yo he querido purificarte de tu infame lujuria, pero no has dejado que te purifique. Por eso, no quedarás limpia hasta que se apacigüe mi ira contra ti.


»”Señor y Dios nuestro, todo este desastre nos ha sobrevenido, tal y como está escrito en la Ley de Moisés, y ni aun así hemos buscado tu favor. No nos hemos apartado de nuestros pecados ni hemos prestado atención a tu verdad.


No atiende a consejos ni acepta corrección. No confía en el Señor ni se acerca a su Dios.


»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los justos.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo han traicionado y asesinado


Estos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y a nosotros nos expulsaron. No agradan a Dios y son hostiles a todos,


Todos sufrieron terribles quemaduras, pero ni así se arrepintieron; en vez de darle gloria a Dios, que tiene poder sobre esas plagas, maldijeron su nombre.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos