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Jeremías 13:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

22 Y si preguntas: «¿Por qué me pasa esto?», ¡por tus muchos pecados te han arrancado las faldas y han maltratado tu cuerpo!

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 Si dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Quizá te preguntes: «¿Por qué me sucede todo esto?». ¡Se debe a tus muchos pecados! Por eso los ejércitos invasores te desnudaron y te violaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Tú te preguntarás, tal vez: '¿Por qué me suceden todas estas desgracias?' A causa de tu gran perversidad te han arrancado los vestidos y te han pegado en los talones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y cuando digas en tu corazón: ¿Por qué me suceden estas cosas? Por la magnitud de tu iniquidad han sido descubiertas tus faldas y violentados tus calcañares.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Y si dices en tu corazón: '¿Por qué me suceden estas cosas?'. Por tu gran iniquidad te han levantado las faldas, han violentado tus tobillos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Cuando digas en tu corazón: ¿Por qué me han sobrevenido estas cosas? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.

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Jeremías 13:22
24 Referencias Cruzadas  

así también, el rey de Asiria llevará desnudos y descalzos a los egipcios y a los desterrados de Cus, los llevará desnudos de la cintura hacia abajo, tanto a jóvenes como a viejos para vergüenza de Egipto.


Por eso el Señor cubrirá de sarna la cabeza de las hijas de Sión; el Señor las dejará completamente calvas».


»Ahora, escucha esto, provocadora; tú, que moras confiada y te dices a ti misma: “Yo soy y no hay otra fuera de mí. Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos”.


¡Yo te alzaré las faldas hasta cubrirte el rostro y descubrir tu vergüenza!


Y el pueblo al que profetizan será arrojado a las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada. No habrá quien los entierre, ni a ellos ni a sus esposas, ni a sus hijos ni a sus hijas. Y derramaré sobre ellos la calamidad que se merecen”.


«Y cuando te pregunten: “¿Por qué el Señor nuestro Dios nos ha hecho todo esto?”, tú responderás: “Así como ustedes me han abandonado y en su propia tierra han servido a dioses extranjeros, así también en tierra extraña servirán a gente extranjera”.


Grave es el pecado de Jerusalén; por eso se ha vuelto impura. Los que antes la honraban ahora la desprecian, pues han visto su desnudez. Ella misma gime y no se atreve a dar la cara.


Te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas.


Efraín dice con jactancia: «¡Cómo me he enriquecido! ¡He amasado una gran fortuna! En todas mis ganancias no encontrarán que haya pecado en algo».


Voy a exhibir su desvergüenza a la vista de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.


De lo contrario, la desnudaré por completo; la dejaré como el día en que nació. La pondré como un desierto: la convertiré en tierra seca y la mataré de sed.


Su madre es una prostituta; la que los concibió es una desvergonzada. Pues dijo: “Quiero ir tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”.


«¡Aquí estoy contra ti!», afirma el Señor de los Ejércitos. «Te levantaré la falda hasta la cara para que las naciones vean tu desnudez y los reinos descubran tus vergüenzas.


En aquel tiempo registraré Jerusalén con lámparas para castigar a los que reposan tranquilos como vino en su sedimento, a los que piensan: “El Señor no va a hacer nada, ni para bien ni para mal”.


Tal vez te preguntes: «¿Cómo podré reconocer un mensaje que no provenga del Señor?».


Tal vez te preguntes: «¿Cómo podré expulsar a estas naciones si son más numerosas que yo?».


No se te ocurra pensar: «Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos».


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