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Jeremías 13:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 Glorifiquen al Señor su Dios, antes de que haga venir la oscuridad y ustedes tropiecen contra los montes sombríos. Ustedes esperan la luz, pero él la cambiará en sombras mortales; la convertirá en densa oscuridad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Dad gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la vuelva en sombra de muerte y tinieblas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Den gloria al Señor su Dios antes de que sea demasiado tarde. Reconózcanlo antes de que él traiga oscuridad sobre ustedes, la cual hace que tropiecen y caigan en las montañas sombrías. Pues entonces, cuando busquen luz, solo encontrarán terrible oscuridad y tinieblas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Reconozcan a Yavé, su Dios, antes que llegue la noche y sus pies tropiecen en las oscuras montañas. Ustedes esperaban la luz, pero él la cambia en sombra de muerte y, luego, en total oscuridad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Dad gloria a YHVH vuestro Dios, Antes que haga venir tinieblas, Antes que vuestros pies tropiecen por los montes tenebrosos, Y la luz que esperáis la convierta en lóbregas tinieblas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Dad gloria a Yahveh, vuestro Dios, antes de que oscurezca, antes de que tropiecen vuestros pies por los montes a la hora del crepúsculo, cuando esperéis la luz y yo la haya hecho tinieblas y la haya convertido en densa oscuridad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Dad gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montañas de oscuridad, y esperéis luz, y os la torne en sombra de muerte y tinieblas.

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Jeremías 13:16
36 Referencias Cruzadas  

Que las tinieblas y la densa oscuridad vuelvan a reclamarlo; Que una nube lo cubra con su sombra; que la oscuridad domine su esplendor.


Afligidos y encadenados, habitaban en las más densas tinieblas,


Los sacó de las más densas tinieblas y rompió en pedazos sus cadenas.


Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; adoren al Señor en la hermosura de su santidad.


Pero tú nos arrojaste a una cueva de chacales; ¡nos envolviste en la más tenebrosa oscuridad!


El Señor dijo a Moisés: «Levanta los brazos al cielo, para que todo Egipto se cubra de tinieblas, ¡tinieblas tan densas que se puedan palpar!».


Pero el camino de los malvados es como la más densa oscuridad; ¡ni siquiera saben con qué tropiezan!


Mas si el hombre vive muchos años, y todos ellos los disfruta, debe recordar que los días tenebrosos serán muchos y que lo venidero será vanidad.


En aquel día bramará contra ella como brama el mar. Si alguien contempla la tierra, la verá sombría y angustiada; entonces la luz se ocultará tras negros nubarrones.


Vamos palpando la pared como los ciegos, andamos a tientas como los que no tienen ojos. En pleno mediodía tropezamos como si fuera de noche; andamos entre los fuertes como si estuviéramos muertos.


Por eso el derecho está lejos de nosotros, y la justicia queda fuera de nuestro alcance. Esperábamos luz, pero todo es tinieblas; claridad, pero andamos en densa oscuridad.


Mira, las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria!


y, clavando la mirada en la tierra, solo verán aflicción, tinieblas y espantosa penumbra; ¡serán arrojados a una oscuridad total!


¿Has rechazado por completo a Judá? ¿Detestas a Sión? ¿Por qué nos has herido de tal modo que ya no tenemos remedio? Esperábamos tiempos de paz, pero nada bueno recibimos. Esperábamos tiempos de salud, pero solo nos llegó el terror.


Nunca preguntaron: “¿Dónde está el Señor que nos hizo subir de Egipto, que nos guio por el desierto, por tierra árida y accidentada, por tierra reseca y tenebrosa, por tierra que nadie transita y en la que nadie vive?”.


«Por eso su camino será resbaladizo; serán empujados a las tinieblas, y en ellas se hundirán. Yo traeré sobre ellos una calamidad en el año de su castigo», afirma el Señor.


Miré a la tierra y estaba sin forma y vacía; miré a los cielos y no había luz.


»Mi pueblo ha sido como un rebaño perdido; sus pastores lo han descarriado, lo han hecho vagar por las montañas. Ha ido de colina en colina y se ha olvidado de su redil.


Por eso, así dice el Señor: «Voy a ponerle obstáculos a este pueblo. Padres e hijos tropezarán contra ellos, vecinos y amigos perecerán».


Esperábamos paz, pero no llegó nada bueno. Esperábamos un tiempo de salud, pero solo nos llegó el terror.


Para colmo, desfallecen nuestros ojos esperando en vano que alguien nos ayude. Desde nuestras torres estamos en espera de una nación que no puede salvarnos.


para que el corazón desfallezca y aumente el número de víctimas. Ya he colocado en las puertas la espada asesina. Es la espada bruñida para centellear y afilada para matar.


Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, fueron dispersadas.


Nunca más te haré oír el ultraje de las naciones; no tendrás que volver a soportar los insultos de los pueblos, ni serás causa de tropiezo para tu nación, afirma el Señor y Dios”».


Día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y densos nubarrones. Como la aurora que se extiende sobre los montes, así avanza un pueblo fuerte y numeroso, pueblo como nunca lo hubo en la antigüedad ni lo habrá en las generaciones futuras.


He aquí el que forma las montañas, el que crea el viento, el que revela al ser humano sus pensamientos, el que convierte la aurora en tinieblas, el que marcha sobre las alturas de la tierra: su nombre es el Señor Dios de los Ejércitos.


¡Ay de los que suspiran por el día del Señor! ¿De qué les servirá ese día si va a ser de oscuridad y no de luz?


Si no me hacen caso ni se deciden a honrar mi nombre —dice el Señor de los Ejércitos—, les enviaré una maldición y maldeciré sus bendiciones. Ya las he maldecido, porque ustedes no se han decidido a honrarme.


—Ustedes van a tener la luz solo un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminen mientras tengan la luz, antes de que los envuelva la oscuridad. El que camina en la oscuridad no sabe a dónde va.


Entonces Josué dijo a Acán: —Hijo mío, honra y alaba al Señor, Dios de Israel. Cuéntame lo que has hecho. ¡No me ocultes nada!


y también: «una piedra de tropiezo y una roca que hace caer». Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados.


Así que hagan imágenes de los tumores y de las ratas que han devastado el país, y den honra al Dios de Israel. Tal vez suavice su castigo contra ustedes, sus dioses y su tierra.


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