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Éxodo 32:30 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

30 Al día siguiente, Moisés dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor y tal vez logre yo que Dios perdone su pecado».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

30 Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Al día siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Ustedes cometieron un terrible pecado, pero yo subiré de nuevo al monte a encontrarme con el Señor. Quizá pueda lograr que él les perdone este pecado».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: 'Ustedes han cometido un gran pecado, pero voy a subir donde Yavé. Ojalá pueda obtener por ustedes el perdón de este pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Y ocurrió que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros pecasteis con gran pecado, pero ahora subiré a YHVH, tal vez pueda hacer expiación por vuestro pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 A la mañana siguiente dijo Moisés al pueblo: 'Habéis cometido un gran pecado; pero ahora voy a subir a Yahveh y quizá os consiga el perdón de vuestro pecado'.

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Éxodo 32:30
22 Referencias Cruzadas  

¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!


A lo mejor el Señor toma en cuenta mi aflicción y me paga con bendiciones las maldiciones que estoy recibiendo hoy.


Cuando él arrancó de la familia de David a los israelitas, estos hicieron rey a Jeroboán, hijo de Nabat. Jeroboán, por su parte, los alejó del camino del Señor y los hizo cometer un gran pecado.


Moisés y Aarón se contaban entre sus sacerdotes, y Samuel, entre los que invocaron su nombre. Invocaron al Señor y él respondió;


Entonces dijo Moisés: «Hoy han recibido ustedes plena autoridad de parte del Señor; él los ha bendecido este día, pues se pusieron en contra de sus propios hijos y hermanos».


¡Odien el mal y amen el bien! Establezcan la justicia en los tribunales; tal vez así el Señor, el Dios de los Ejércitos, tenga compasión del remanente de José.


¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos».


Aarón hizo lo que Moisés dijo y corrió a ponerse en medio de la asamblea. La desgracia de parte de Dios ya había empezado entre el pueblo, así que Aarón ofreció incienso y pidió perdón por el pecado del pueblo.


por medio del cual él y sus descendientes gozarán de un sacerdocio eterno, ya que defendió celosamente mi honor y presentó ofrendas para el perdón de los israelitas».


Me levantaré e iré a mi padre y le diré: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti.


Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.


Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propio pueblo,


Cristo nos rescató de la maldición de la Ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero».


Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad,


Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.


Ahora no es tiempo de lluvias, sino de cosecha de trigo. Sin embargo, voy a invocar al Señor, y él enviará truenos y lluvia; así se darán cuenta de la gran maldad que han cometido ante el Señor al pedir un rey».


y dijeron a Samuel: —Ora al Señor tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey.


—No teman —respondió Samuel—. Aunque ustedes han cometido una gran maldad, no se aparten del Señor; más bien, sírvanle de todo corazón.


En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes. Yo seguiré enseñándoles el camino bueno y recto.


Así que el pecado de estos jóvenes era gravísimo a los ojos del Señor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecían.


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