Daniel 4:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 202214 y que a voz en cuello me gritaba: “Derriben el árbol y córtenle las ramas; arránquenle las hojas y esparzan los frutos. Hagan que las bestias huyan de su sombra y que las aves abandonen sus nidos. Ver CapítuloMás versionesBiblia Reina Valera 196014 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas. Ver CapítuloBiblia Nueva Traducción Viviente14 El mensajero gritó: ‘¡Talen el árbol y córtenle las ramas! ¡Sacúdanle las hojas y desparramen su fruta! Espanten los animales salvajes que están bajo su sombra y las aves que están en sus ramas. Ver CapítuloBiblia Católica (Latinoamericana)14 Tal es el juicio pronunciado por los ángeles, tal es la decisión de los Santos; así sabrá todo ser viviente que el Altísimo es el dueño de las realezas humanas. El exalta si quiere al más humilde de los hombres. Ver CapítuloLa Biblia Textual 3a Edicion14 y clamando a gran voz, dijo así: ¡Cortad el árbol y quitadle sus ramas, sacudid su follaje y derramad su fruto, y váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas! Ver CapítuloBiblia Serafín de Ausejo 197514 Por decreto de los vigilantes es esta sentencia, por orden de los santos es esta decisión, para que sepan todos los vivientes que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres; lo da a quien le place y eleva al más humilde de los hombres.' Ver Capítulo |
»Su Majestad veía que del cielo bajaba un mensajero santo, el cual le ordenaba derribar el árbol, destruirlo y dejarlo enterrado para que se empapara con el rocío del cielo, aunque tenía que sujetar con hierro y bronce el tronco y las raíces. De esta manera, viviría como las bestias del campo hasta que transcurrieran siete años.
Fue apartado de la gente y recibió la mente de un animal. Vivió entre los asnos salvajes y se alimentó con pasto como el ganado. El rocío del cielo empapaba su cuerpo. Todo esto le sucedió hasta que reconoció que el Dios Altísimo es Soberano sobre todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere.