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1 Samuel 2:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

15 Además, antes de quemarse la grasa, solía llegar el ayudante del sacerdote para decirle al que estaba por ofrecer el sacrificio: «Dame carne para el asado del sacerdote, pues no te la va a aceptar cocida, sino cruda».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Algunas veces el sirviente llegaba aun antes de que la grasa del animal fuera quemada sobre el altar. Exigía carne cruda antes de que hubiera sido cocida, para poder asarla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Incluso antes de que se quemara la grasa, llegaba el sirviente del sacerdote y decía al que estaba ofreciendo el sacrificio: 'Dame carne para asársela al sacerdote, él no aceptará carne cocida, sino únicamente carne para asarla'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, el criado del sacerdote se acercaba y decía al que sacrificaba: Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Ya antes incluso de que se quemara la grasa, venía el criado del sacerdote y decía al que ofrecía el sacrificio: 'Dame la carne para asársela al sacerdote; porque no te aceptará carne cocida, sino cruda'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que ase para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

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1 Samuel 2:15
8 Referencias Cruzadas  

No deberán comerla cruda ni hervida, sino asada al fuego, junto con la cabeza, las patas y los intestinos.


Entonces el sacerdote quemará todo esto en el altar. Es una comida, una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato. Toda la grasa pertenece al Señor.


Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos.


Su destino es la destrucción, su dios es el estómago y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Solo piensan en lo terrenal.


Estas personas son un peligro oculto; sin ningún respeto convierten en festejos las comidas de amor fraternal que ustedes celebran. Buscan solo su propio provecho. Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto cuando debieran darlo; están doblemente muertos, arrancados de raíz.


metía el tenedor en la olla, en el caldero, en la cacerola o en la cazuela; y el sacerdote tomaba para sí mismo todo lo que se enganchaba en el tenedor. De esta forma trataban a todos los israelitas que iban a Siló.


Y, si el hombre contestaba: «Espera a que se queme la grasa, como es debido; luego podrás tomar lo que desees», el asistente replicaba: «No, dámela ahora mismo; de lo contrario, te la quito por la fuerza».


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