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1 Samuel 12:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

23 En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes. Yo seguiré enseñándoles el camino bueno y recto.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 »En cuanto a mí, ciertamente no pecaré contra el Señor al dejar de orar por ustedes. Y seguiré enseñándoles lo que es bueno y correcto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 En cuanto a mí, si dejara de orar por ustedes, pecaría contra Yavé; les indicaré pues el camino bueno y derecho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Así que, lejos esté de mí que peque contra YHVH cesando de orar por vosotros; antes yo os instruiré en el camino de la bondad y la rectitud.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Por mi parte, lejos de mí el pecar contra Yahveh dejando de interceder por vosotros y de mostraros el camino bueno y recto.

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1 Samuel 12:23
23 Referencias Cruzadas  

óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.


óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.


Pidan por la paz de Jerusalén: «Que vivan en paz los que te aman.


Vengan, hijos míos, y escúchenme que voy a enseñarles el temor del Señor.


El que ama la vida y desea ver muchos días felices,


Al día siguiente, Moisés dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor y tal vez logre yo que Dios perdone su pecado».


Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud.


Procuró también hallar las palabras más adecuadas y escribirlas con honradez y veracidad.


Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo».


El Señor me dijo: «Aunque Moisés y Samuel se presentaran ante mí, no tendría compasión de este pueblo. ¡Échalos de mi presencia! ¡Que se vayan!


Si de veras son profetas y tienen palabra del Señor, que supliquen al Señor de los Ejércitos que no sean llevados a Babilonia los utensilios que aún quedan en el Templo del Señor, en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén.


Jeremías respondió: —Ya los he oído. Voy a rogar al Señor, al Dios de ustedes, tal como me lo han pedido. Les comunicaré todo lo que el Señor me diga y no les ocultaré absolutamente nada.


Así dice el Señor: «Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, ¡y sigan por él! Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “¡No lo seguiremos!”.


Pero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él.


Ustedes saben que no he vacilado en predicar todo lo que les fuera de provecho, sino que les he enseñado públicamente y en las casas.


Dios, a quien sirvo de corazón predicando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que los recuerdo a ustedes sin cesar.


Sin embargo, cuando predico acerca de las buenas noticias, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico las buenas noticias!


A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todas las personas, para presentarlas completamente maduras en su unión con Cristo.


Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,


Día y noche le suplicamos que nos permita verlos de nuevo para suplir lo que falta a su fe.


Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados.


y dijeron a Samuel: —Ora al Señor tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey.


Cuando dijeron que querían tener un rey, Samuel se disgustó. Entonces se puso a orar al Señor,


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