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1 Samuel 1:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

17 —Vete en paz —respondió Elí—. Que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 —En ese caso —le dijo Elí—, ¡ve en paz! Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Helí retomó la palabra y le dijo: 'Vete en paz, y que el Dios de Israel atienda la oración que acabas de hacerle'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Elí entonces respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has pedido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Le dijo entonces Elí: 'Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y Elí respondió, y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho.

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1 Samuel 1:17
14 Referencias Cruzadas  

Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración y ella quedó embarazada.


—Vete tranquilo —respondió el rey. Absalón emprendió la marcha a Hebrón,


—Puedes irte en paz —respondió Eliseo. Naamán se fue y ya había recorrido cierta distancia


Jabés rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción». Y Dios le concedió su petición.


—¡Hija, tu fe te ha sanado! —dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.


—Tu fe te ha salvado —dijo Jesús a la mujer—; vete en paz.


—¡Hija, tu fe te ha sanado! —dijo Jesús—. Vete en paz.


El sacerdote respondió: —Vayan en paz. Su viaje tiene la aprobación del Señor.


No me tome usted por una mala mujer. He pasado este tiempo orando debido a mi angustia y aflicción.


—Bien, haz lo que te parezca mejor —respondió su esposo Elcaná—. Quédate hasta que lo destetes, con tal de que el Señor cumpla su palabra. Así pues, Ana se quedó en su casa y crio a su hijo hasta que lo destetó.


«Puedes irte tranquilo —dijo Jonatán a David—, pues los dos hemos hecho un juramento eterno en nombre del Señor, pidiéndole que juzgue entre tú y yo, y entre tus descendientes y los míos». Así que David se fue y Jonatán regresó a la ciudad.


Dicho esto, David aceptó lo que ella había traído. —Vuelve tranquila a tu casa —añadió—. Como puedes ver, te he hecho caso: te concedo lo que me has pedido.


Así que, con mis mejores deseos, vuélvete a tu casa y no hagas nada que les desagrade.


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