Pero ahora que ha llegado el tiempo en que podemos confiar en Jesucristo, no hace falta que la ley nos guíe y nos enseñe.
Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
Y ahora que ha llegado el camino de la fe, ya no necesitamos que la ley sea nuestra tutora.
Pero al llegar la fe, ya no obedecemos a la que nos llevaba al maestro.
Y habiendo venido la fe, ya no estamos bajo tutor,
Pero una vez que ha venido la fe, ya no estamos bajo el ayo.