Los soldados que tratan de agradar a sus jefes no se interesan por ninguna otra cosa que no sea el ejército.
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó.
El que se alista en el ejército trata de complacer al que lo contrató, y no se mete en negocios civiles.
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar al que lo alistó como soldado.
El hombre que se alista en la milicia no se enreda en los negocios civiles si quiere complacer al que lo ha reclutado.