2 Samuel 12:15 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁵ Después de decir esto, Natán se fue a su casa. En efecto, Dios hizo que el niño se enfermara gravemente.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Después que Natán regresó a su casa, el Señor le envió una enfermedad mortal al hijo que David tuvo con la esposa de Urías.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Mientras Natán regresaba a su casa, Yavé hirió al hijo que la mujer de Urías había dado a David, que cayó enfermo.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Y Natán regresó a su casa. Y YHVH hirió al niño que la mujer de Urías había dado a luz a David, y se agravó.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Y Natán se marchó a su casa. Hirió Yahveh al niño que la mujer de Urías le había dado a David, y enfermó gravemente.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁵ Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la esposa de Urías había dado a luz de David, y enfermó gravemente.

2 Samuel 12:15 Referencias Cruzadas

2 Samuel 12:14

Pero por haberte burlado de él, no vivirá el hijo que tuviste con Betsabé.

2 Samuel 12:16

David no comía nada, y se pasaba toda la noche tirado en el suelo, rogándole a Dios que curara al niño.

2 Reyes 15:5

Por eso Dios castigó a Azarías haciendo que se enfermara de lepra, y eso lo obligó a vivir, hasta el día de su muerte, en un lugar aparte dentro del palacio. Su hijo Jotam se encargó de gobernar al pueblo.

2 Crónicas 13:20

Mientras Abiam fue rey, Jeroboam nunca recobró su poder. Un día, Dios hirió a Jeroboam, y este murió.

Salmos 104:29

Si les das la espalda, se llenan de miedo; si les quitas el aliento, mueren y se vuelven polvo;

Hechos 12:23

En ese momento, un ángel de Dios hizo que Herodes se pusiera muy enfermo, porque Herodes se había creído Dios. Más tarde murió, y los gusanos se lo comieron.

Deuteronomio 32:39

¡Dense cuenta ahora de que yo soy el único Dios! Solo yo sano las heridas; ¡solo yo doy la vida, y solo yo puedo quitarla! ¡De mí no se escapa nadie!